• 19 SEP 2024

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Estudio responde la duda de muchos: ¿A qué edad somos más infelices?

Una investigación llevada a cabo por el economista David Blanchflower buscó dar con el momento de nuestras vidas en el que somos menos alegres.

La felicidad es una emoción deseada por la mayoría de las personas. Pero según una investigación del National Bureau of Economic Research de Estados Unidos, existe una curva de bienestar con forma de «U» a lo largo de la vida de la gente.

El economista David Blanchflower de la Universidad de Dartmouth analizó datos de más de medio millón de personas de diferentes países y evaluó diversos aspectos relacionados con la infelicidad, como la desesperación, la soledad, la depresión, la tristeza y la desesperación.

La investigación reveló que, en promedio, las personas tienden a ser más infelices alrededor de los 47 años. Sin embargo, este fenómeno puede estar relacionado con varios factores. Blanchflower sugiere que la calidad de vida de las personas está directamente vinculada a su felicidad. Factores como el acceso a la atención médica, el empleo y la oportunidad de obtener una educación superior pueden influir en la percepción del bienestar.

Blanchflower también destacó que los países en vías de desarrollo tienden a tener poblaciones menos felices, lo que se agrava con la inestabilidad económica. La falta de acceso a servicios básicos y oportunidades de mejora en la calidad de vida puede contribuir a una mayor infelicidad en estos lugares.

500.000 estadounidenses y europeos como muestra del estudio

La muestra de datos utilizada en la investigación incluyó a 500,000 estadounidenses y europeos occidentales seleccionados al azar, tanto hombres como mujeres. Los resultados mostraron que el punto más bajo de la curva de bienestar se alcanzó en promedio a los 47 años en países desarrollados y en desarrollo.

Este fenómeno podría estar relacionado con lo que se conoce como la «crisis de la mediana edad». Un período en el que las personas a menudo experimentan una sensación de estancamiento en su carrera y aumentan las preocupaciones económicas y de salud.

Blanchflower también observó que las personas con matrimonios sanos en la muestra tendían a experimentar niveles más bajos de infelicidad en comparación con las solteras. Sin embargo, enfatizó que el matrimonio no garantiza la felicidad y que pueden surgir complicaciones psicológicas como la depresión, la ansiedad y los problemas para dormir en cualquier estado civil.

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