Paulina de Allende-Salazar vivió nueva complicación en Ucrania: pensaron que era una espía rusa
La periodista tuvo otra vez problemas con los militares quienes, mientras estaba en un móvil en vivo con el matinal, quisieron quitarle su celular.
Llegó a Ucrania hace sólo algunas jornadas y Paulina de Allende-Salazar ya ha tenido dos problemas con militares en pleno conflicto.
Primero, el día jueves en un despacho para el Mucho Gusto fue abordada de forma tan tensa por estos que desde el programa tuvieron que irse a un abrupto corte comercial.
Y este viernes, en un nuevo despacho, la reportera otra vez tuvo un encontrón con parte de la milicia que defiende el país de los rusos.
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Tan complejo fue que a la figura trataron de confiscarle nada menos que su celular, un momento televisivo que dejó a todos nerviosos.
Paulina de Allende-Salazar y sus problemas en Ucrania
Así, la periodista dijo de entrada en su móvil que «me voy a mover un poco, tengo a militares encima muy molestos».
Entonces, Diana Bolocco le consultó qué pasaba. «Están muy molestos. Nos vamos a mover. Lo que pasa es que cerca de acá hay una base aeromilitar que fue bombardeada hace quince días aproximadamente», respondió Paulina.
Y agregó que «estoy en una zona de guerra, es lógico que no les guste que estemos grabando, hay distintos grupos, unos nos dicen que sí y después llegan otros para decirnos que no, pero continuemos, el trabajo nuestro es seguir».
De Allende-Salazar continuó hablando con los militares, mientras en el estudio José Antonio Neme explicó que «entiendo que quieren sacar al equipo. Le están pidiendo la documentación, y que pase el teléfono. Le están pidiendo que apague el teléfono».
E indicó que «es para saber con quién está hablando básicamente. Quieren asegurarse que Paulina no es una espía».
Minutos después, la periodista señaló que «me voy a despedir, les voy a mostrar mi celular, no es el minuto, pero es la milicia. Vamos a parar, hay mucho más que ir contándoles, vamos a seguir estos días dándoles información, así que ojalá hablemos en un rato».
Luego, Bolocco confirmó que «lo que le estaba pidiendo es que abriera el teléfono, probablemente es porque quieren cerciorarse de que se trate de un elemento de comunicación y no de un dispositivo de espionaje».
Entonces, Paulina de Allende-Salazar retornó a la cámara para el cierre. «Me tuve que subir al auto, no se podía resistir más. Lo que ellos decían es que esta base aeromilitar que fue bombardeada hace poco, estaba en riesgo de ser atacada ahora. De todas maneras esta no es la zona más compleja, pero sí, la tensión se vive, si estamos en una guerra», finalizó.