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«La Memoria Infinita»: un viaje emocional a través del amor

Ciudadano ADN conversó con la directora del documental, Maite Alberdi, y la exministra de las Culturas, Paulina Urrutia, quienes detallaron la cinta que llega este jueves a cines nacionales.

«La Memoria Infinita»: un viaje emocional a través del amor

El cine tiene el poder de conectar emociones, historias y realidades. En La memoria infinita, Maite Alberdi presenta una narrativa que cuenta la historia de la pareja de Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora.

Si bien la cinta toca la enfermedad del Alzheimer, la producción va más allá de la enfermedad. Es una historia de amor, de recuerdos y de cómo enfrentar la adversidad.

«Un ejercicio de memoria»

A raíz del estreno del documental en cines nacionales, este jueves Ciudadano ADN conversó con Maite Alberdi, y la exministra de las Culturas, Paulina Urrutia.

En la conversación, la directora de La memoria infinita mencionó que el filme, tal como plantea su nombre, es un ejercicio de memoria.

«Todos nacemos con alguien y tenemos que morir con alguien», reflexionó Paulina al respecto, destacando la importancia de la compañía y el cuidado en las etapas finales de la vida. La película, según ambas, es una celebración del amor y de la vida, incluso en medio de las dificultades.

«Después que Augusto falleció, he tenido la oportunidad de verla y siento que es un regalo. Es una oportunidad de poder enfrentarse a una enfermedad, pero que en el transcurso de la película te das cuenta de que en realidad es una manera de enfrentarse a cualquier dificultad», expuso la exministra.

ADN

«No se acuerda, pero sabe que ama…»

La historia se centra en la relación de una pareja que enfrenta el Alzheimer. Aunque la enfermedad es el telón de fondo, la verdadera narrativa es cómo el amor y la memoria afectiva prevalecen. «(Augusto) no se acuerda de los datos, no sabe cuánto tiempo llevan juntos, pero sabe que ama a Paulina», expresó Maite.

El proceso de filmación fue único. Durante la pandemia, Maite envió una cámara a la exministra para que registrara su vida diaria. Aunque inicialmente se pensó que este material sería solo para investigación, terminó siendo una parte integral de la película, ofreciendo una visión íntima de su vida con Góngora.

«Cuando llega la pandemia, yo pensé que la película se había acabado (…) y decidí mandarles una cámara y le decía a Paulina ‘se pueden grabar’, pero ante todo como con una necesidad de registrar lo urgente, sin ningún fondo, de manera muy independiente», indicó la directora de La memoria infinita. 

«El nivel de intimidad y de profundidad de ese material, yo nunca lo había visto en el cine ni en mi vida, y también para mí es una lección como cineasta que estoy como buscando el plano perfecto: nada se ve bien en ese material, está todo desenfocado, pero es perfecto porque hay tanta verdad y tanta emoción, que al final eso es lo único que importa en las imágenes», agregó Alberdi.

Por su parte, Paulina complementó: «Es un material muy honesto, yo lo grabé como una manera de seguir en compañía de alguien. Nosotros estábamos muy solos, y efectivamente la Maite se transformó como en un testigo de lo que nosotros vivíamos día a día».

Recuerdos intactos

La memoria infinita también toca la historia reciente de Chile, y cómo la memoria colectiva se entrelaza con la personal. Es más, la exministra Urrutia manifestó cómo, a pesar de la enfermedad, ciertos recuerdos, como el del dictador Pinochet, permanecían intactos en Augusto. 

«Creo que la memoria más importante es la memoria afectiva y emocional. Uno ve hasta el final un cuerpo que recuerda. Para mí es una película sobre la permanencia, que cuando uno cree que se ha olvidado de todo, hay sentimientos que prevalecen y están ahí. Sus dolores por la historia de Chile siguen ahí, que sus pérdidas siguen ahí y su amor sigue intacto, entonces es una emoción viva y una memoria viva», sostuvo Maite.

«Sumándome a lo que dice Maite, la película es un ejercicio de memoria (…) y ese ejercicio de Augusto y de nosotros como pareja, cruza la historia de este país. O sea, todas las personas cuando se van a enfrentar a esta película, van a ser un ejercicio de memoria de nuestra historia colectiva, pero también de su historia personal y es muy bonito», sumó Urrutia.

La memoria infinita logra esto al abordar temas universales de amor, pérdida y memoria. Es una película que invita a la reflexión y al diálogo, y que, según Paulina, es «un regalo para el país».

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