A 35 años del «Sí» y el «No»: el día en que Chile rechazó la dictadura de Augusto Pinochet en las urnas
Después de 15 años del golpe de Estado, la presión interna y externa para restaurar la democracia en Chile alcanzó su punto máximo. Ante esto, se llamó a votar y de manera inédita en el mundo, se plebiscitó la continuidad de Augusto Pinochet en el poder por ocho años.
Hace 35 años, el 5 de octubre de 1988, Chile fue testigo de un evento histórico que cambiaría el rumbo de su historia política y marcaría el fin de la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet: el Plebiscito del “Sí” y el “No”.
Después de 15 años del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, la presión interna y externa para restaurar la democracia en Chile alcanzó su punto máximo. Ante esto, se llamó a las urnas y de manera inédita en el mundo, se plebiscitó la continuidad del dictador por ocho años.
«Chile, la alegría ya viene»
La campaña del «No», liderada por una coalición de partidos de oposición, se basó en un mensaje de esperanza y cambio. Su eslogan «Chile, la alegría ya viene» capturó los corazones de la población cansada de la represión y la censura.
Para aquello, se utilizaron creativas campañas publicitarias y jingles pegajosos para llevar su mensaje a la ciudadanía, camino que fue plasmado posteriormente en la primera película de chilena nominada al Oscar en la categoría extranjera: No, del director nacional Pablo Larraín.
A pesar de que la maquinaria del Estado estuvo a favor del «Sí» y las tácticas intimidatorias de la dictadura, la opción «No» ganó con un 54% de los votos. Hecho que el mundo observó asombrado, ya que por primera vez en el planeta, un régimen autoritario que torturó y desapareció a cerca de 40 mil chilenos, dejaba el poder a través de una elección popular.
Dos años después, en 1990, Augusto Pinochet dejó el poder y Chile comenzó un proceso de reconciliación y reforma política que llevó al país a convertirse en uno de los líderes democráticos de América Latina.