Asociación de Diplomáticos de Carrera advierte «quiebre» en designaciones tras escándalo en Reino Unido

Fue durante el gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet que «se llegó a un acuerdo tácito» entre el mundo político y la Cancillería: «Que el 80% de la planta de embajadores (93 personas) proviniera del ministerio de Relaciones Exteriores y el 20% fuera del mundo político. Eso ha sido un poco más, un poco menos, hasta la fecha, y en el actual Gobierno estamos en el límite».

La explicación la dio Fernando Guzmán, presidente de la Asociación de Diplomáticos y Diplomáticas de Carrera (Adica), este miércoles en ADN Hoy. 

En el caso del Mandato de Gabriel Boric, advirtió que «estamos en el límite: estamos en el 79,5% de embajadores de carrera y poco más del 20% de embajadores políticos. Un nombramiento más de un embajador político, se quiebra el acuerdo».

Sus dichos se enmarcan en la escandalosa salida de Susana Herrera de la embajada de Chile en el Reino Unido. Una decisión que, dijo Guzmán, «viendo todo el interés público en la situación y los problemas que hemos visto, es una buena noticia. Esperamos que la buena noticia continúe con el nombramiento de un embajador o embajadora de carrera».

Para la Asociación, no hay embajadas más importantes, sino «con algunas hay más relaciones que con otras: Argentina, por ejemplo, con la que somos vecinos, hay una relación en muchas materias, muchos ámbitos, muy intensas, pero todas son importantes».

Ha sido parte de la lucha que ha llevado el gresmio: que exista un 100% de embajadores de carrera en el mundo. Porque más allá del caso de Herrera, «esto nunca es personal contra personas con nombres», explicó.

La alternativa era que los candidatos, en caso de ser designados por afinidad política, «pasaran por el Senado para que dieran un examen, que fueran conocidos por la Cámara Alta. Que la presidencia tenga la necesidad de explicar por qué nombran a esa persona y lo que esa persona quiere hacer en esa embajada».

Los embajadores de carrera cumplen labores por cinco años, luego vuelven dos años a Chile y luego son designados a una nueva misión. «El cortoplacismo, para nosotros, no existe», advirtió. 

«El funcionario de carrera es el que entra a la Academia Diplomática. Es uno de los concursos más exigentes y transparentes del Estado. Cualquier persona que es capaz de entrar a la Academia y de aprobar los dos años de estudios que supone eso, entra a la planta al servicio de exterior y asciende durante una larga trayectoria laboral de 20 o 30 años para lograr la confianza para que sea nombrado embajador. Hay muchísimos países donde son solo de carrera: Brasil, Perú. Hay muchos otros que tienen embajadores solo políticos, y mucha diplomacia solo política. Y se nota cuando tienen una diplomacia poco profesional», explicó Guzmán.

Por lo pronto, y según los antecedentes que él maneja, faltarían embajadores chilenos en Nueva Zelanda, Canadá «y por rotación, en promedio, 10».