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Agroclimatólogo Patricio González y altas temperaturas en invierno: «Es parte del calentamiento global y nos seguirá afectando por los próximos 80 años»

El académico de la Universidad de Talca abordó, en ADN Hoy, la incertidumbre de los irreversibles cambios que se avecinan: "El clima se ha vuelto extremo y hostil a la humanidad".

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Patricio González, agroclimatólogo, por ola de calor - ADN Hoy - 4 de agosto de 2023

09:13

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En marzo, Patricio González, junto a otros especialistas de la Universidad de Talca —donde trabaja como académico— proyectó que el 2023 iba a ser deficitario respecto a las lluvias, «y así ha sido: mayo, junio y julio han terminado con déficit en la zona central de Chile; en agosto habrá algunas lluvias esporádicas, pero el año va a terminar deficitario y será el año 17 de la megasequía».

La frase la dijo la mañana de este viernes, en ADN Hoy, en la búsqueda de una explicación para estos calurosos días en el invierno profundo, con temperaturas por sobre los 20° y claro, sin agua que caiga del cielo, excepto por los pocos días de semanas anteriores que inundó poblados. Al menos en la zona central del país.

Son cuatro factores los que explican las temperaturas actuales: «Primero, el alza de la temperatura: 17,23°. Hemos estado un grado sobre el promedio en la Tierra«.

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Segundo, «hay un evento Niño, entre fuerte y muy fuerte, que va a alzar la temperatura del mar entre 1° y 3°, sobre todo durante el verano».

Tercero, «hay un inusitado calentamiento del océano en general, sobre todo el Atlántico y el Pacífico, que está en 21°, cuando debería estar en 19°».

Y finalmente, «hay un robustecimiento del anticiclón del Pacífico, que es cálido, subtropical, que normalmente es el que nos deja estas altas temperaturas en la zona central en Chile».

«Estos cuatro factores hacen que el invierno sea dificitario en lluvia, que lo va a ser, sino también que hemos estado entre 1° a 2° sobre el promedio, tanto las máximas como las mínimas. Es parte del calentamiento global que nos está afectando y nos seguirá afectando, al menos por los próximos 80 años», resumió González.

Así, en el corto plazo, en los cuatro o cinco años la temperatura de la Tierra superará el 1,5°. Pero sigue siendo incierto: «Hemos hecho un modelo provavilístico para la zona central de Chile para el verano 2023-2024 y hemos detectado que en Santiago podríamos tener temperaturas, en algunos días, de 38°, 39° en algunos días de enero y febrero; 40° y 42° en el Maule y O’Higgins; y en Ñuble y Biobío podríamos tener máximas de 42°, 43° en algunos días de enero y febrero».

La primavera podría desaparecer y en vez de tres meses de verano, podrían ser «cuatro o cinco meses muy cálidos. Es el riesgo para el próximo verano y los otros cinco que vendrán».

El déficit de lluvias en Santiago es de 44%, en Talca, de 50%, en Chillán, de 30%; de nieve, ha sido de 50%. El cambio climático será de uno o dos días de mucha lluvia, y luego semanas sin ella.

«El Niño trae más calor, pero no más agua: ocurrió en 2009, 2015 y 2019. Cuando empezó la megasequía, el evento del Niño no ha sido capaz de reducir el anticiclón del Pacífico que se ha ido robusteciendo con el cambio climático. El anticiclón del pacífico es una compuerta que no permite que los sistemas frontales ingresen a Chile. Con el cambio climático, se han ido robusteciendo; el evento Niño ya no es capaz, como en el siglo XX, de disminuirlo y desplazarlo hacia el norte. El cambio climático para la zona central de Chile ha impedido eso. Este año vamos a terminar con déficit nuevamente. Haber dicho lo contrario generaron expectativas que no fueron ciertas. Las lluvias de finales de julio fue de isoterma alta, que provocó aluvión y más daño que beneficios a la agricultura. El clima se ha vuelto extremo y hostil a la humanidad. Cada elemento que hemos tenido (80° en México, 50° en Europa) es un clima para las agriculturas y las ciudades extremadamente hostil», cerró.

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