Director del Centro para la Transformación Educativa UC y resultados de la PAES: «No hemos visto una mejora sustantiva en la educación pública»
Ernesto Treviño analizó, la mañana de este jueves en ADN Hoy, los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior: "Estamos viviendo las consecuencias de nuestra segregación escolar y de nuestras desigualdades de origen".
Ernesto Treviño, académico UC y experto en educación, aborda los resultados de la PAES - ADN Hoy - 5 de enero de 2022
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Con los resultados de la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) mostrados a inicios de esta semana, se constató una cruel realidad: las diferencias por género o tipo de establecimiento (público, particular subvencionado y particular pagado) no disminuyeron. Los 50 con mejores resultados son particulares, y entre los 100 hay solo tres públicos.
Para Ernesto Treviño, profesor asociado de la facultad de Educación de la Universidad Católica y director del Centro para la Transformación Educativa UC (Centre UC), es un llamado a ver el estado actual de la educación en Chile desde una perspectiva más allá de los resultados. Así lo señaló la mañana de este jueves en ADN Hoy:
«Todo el mundo está poniendo el foco en los resultados de la prueba y hemos sido muy vehementes en Chile en pensar que cambiar una prueba, porque no nos olvidemos: este es el cuarto cambio de prueba desde la Prueba de Actitud Académica… Y prueba tras prueba nos demuestra que lo que sigue ocurriendo es que se mantienen las brechas entre estudiantes de origen social más humilde, más sencillos en términos socioeconómicos, y aquellos que pertenecen al 7% que asisten a colegios particulares pagados».
La historia «se cuenta sola», espetó luego, y atribuir los resultados a la prueba una «caída muy dramática de la educación pública» es «ilógico y poco riguroso». Esto último, porque son varios años en los que los liceos emblemáticos llevan sin seleccionar estudiantes. Así, «la forma que tenían de obtener buenos resultados antes de la implementación del sistema de admisión escolar era prácticamente seleccionando a los mejores estudiantes de todos los colegios del país, lo que se decía ‘el descreme’. No era producto de una buena calidad de la educación».
En Chile, aproximadamente el 40% de los jóvenes en edad de entrar a la educación superior lo hace, sea en la universidad, en un instituto profesional o un centro de formación técnica. Una tasa de cobertura amplia, si se compara con América Latina. Pero los que asisten a colegios particulares pagados son los que se repiten en universidades y carreras. Y para acceder a esa educación, se exige capacidad de pago de padres o antecedentes familiares.
El segundo punto a considerar, planteó Treviño, es que «no hemos visto una mejora sustantiva en la educación pública. Tenemos la implementación de los servicios locales de educación que quedó interrumpido por distintas causas, y hay que recordar que los particulares subvencionados tampoco salieron muy bien en términos del acceso a la educación superior del estudiante. Estamos viviendo las consecuencias de nuestra segregación escolar y de nuestras desigualdades de origen».
Así, el experto llama a considerar los dos años y medio de pandemia («que perdieron») y que casi el 50% de ellos tenía acceso a internet. «Estamos viviendo las consecuencias del terremoto que fue la pandemia y las tremendas desigualdades de origen que tenemos en Chile y que lamentablemente se replican en términos de la calidad de acceso a la educación y además a los materiales e instrumentos de la educación, como fueron el acceso a internet en la pandemia», resumió.
Treviño también trabajó en los cambios de Prueba de Aptitud Académica a Prueba de Selección Universitaria, y de esa a la Prueba de Transición Universitaria, y de allí a la PAES. La conversación desde el primer cambio a esta parte era por aptitud o currículum y viceversa. «En Chile, lamentablemente, el 80% de los resultados de los estudiantes en la prueba se asocian al nivel socioeconómico promedio del que egresan. ¿Qué quiere decir? Que si le preguntáramos a los estudiantes por el nivel socioeconómico promedio de su colegio y los seleccionáramos únicamente por el colegio, tendríamos los mismos resultados que tiene cualquier prueba estandarizada al elegirlos para ingresar a la universidad».
«Las pruebas tienen un sesgo muy importante por nivel socioeconómico en países tan desiguales como Chile o los países de América Latina, por lo tanto, la prueba no es la solución. Pero hay que decir que a lo largo de los últimos años se han ido haciendo avance a través de las políticas de admisión de las instituciones de educación superior (…) Ahí se logra una diversificación en el acceso», acotó.
La solución, concluyó Treviño, va más allá de las ideologías: «Tenemos que ponernos de acuerdo como países para que, si queremos mejorar la educación pública, no solamente tenemos que inyectar más recursos, sino que tenemos que hacerlo mejor en términos de gestión de recursos. Y tenemos un sistema educativo altamente atomizado y altamente burocratizado».
«Tenemos muchas discusiones respecto de instrumentos, formas. Tenemos los resultados de la PAES y la vida, paradójica, muestra a personas que hacen filas en colegios en periodos extraordinarios para sobrecupos o para listas de espera. Eso muestra que las personas, lo que tratan de hacer, es buscarse de cualquier manera segregarse en las escuelas. Esto es porque como país no hemos sido capaces de garantizar que cualquier escuela tenga niveles similares de calidad de la educación. Esto tiene dos partes: por un lado, la educativa; y por otro, la socioeconómica. En Chile, cuando nacen, lo hacen con la misma talla y peso y a la vuelta de un año hay brechas enormes asociadas a términos socioeconómicos y que a lo largo de la vida escolar se acrecientan. No podemos plantearlo como algo solo de educación, sino que es sistémico, interdisciplinario e interseccional», cerró el experto.