Revelan que Carabineros gastó 17,4 millones de dólares en armas no letales tras el estallido social
Las empresas que figuran entre los principales proveedores pertenecen a Estados Unidos, España y principalmente Brasil, a través de Cóndor Tecnologías No Letales.

Tras una investigación periodística transfronteriza, donde se solicitó información vía Ley de Transparencia, se determinó que Carabineros de Chile gastó más de US$ 17 millones en armas no letales y vehículos antidisturbios, apenas comenzó el estallido social de 2019.
La investigación, donde participaron medios como el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística, diario El País América, Interferencia de Chile y Noticias Telemundo de Estados Unidos, entre otros, reflejó el exponencial aumento del negocio de armas no letales en Chile tras el estallido social.
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Entre los detalles de la investigación destaca que en apenas cinco meses y mediante al menos 34 órdenes de compra, Carabineros adquirió armas y municiones no letales por un total de 8.290.922 de dólares, 23 veces lo desembolsado entre 2018 y 2019, previo al estallido social.
Granadas químicas, cartuchos lacrimógenos, perdigones, escopetas e incluso blindados antidisturbios formaron parte del arsenal comprado por la institución. El monto total crece a 17,4 millones de dólares en armamento no letal cuando se incluyen lanza aguas y lanza gases. El gasto total en renovación de flota de vehículos asciende a un total de 6.323.302 de dólares.
Compras a empresas internacionales
Las empresas que figuran entre los principales proveedores pertenecen a Estados Unidos, España, y principalmente Brasil, a través de Cóndor Tecnologías No Letales. A dicha empresa, Carabineros compró armas por 6,5 millones de dólares entre 2019 y 2021.
Una de las armas producidas por esa empresa es la Cóndor GL-203 L, mismo modelo utilizado por el excapitán Patricio Maturana, el día que disparó a Fabiola Campillai. Ese armamento fue objetado por la Policía de Sao Paulo, por un exceso de peso en dichos cartuchos. Esto permeaba su correcto funcionamiento y por ende, había un riesgo en la vida de las personas.
La investigación apunta a que dicho aumento del negocio de armas no letales, repercutió en los manifestantes: 3000 casos de violaciones a los derechos humanos, 460 heridos oculares y 34 personas fallecidas, según cifras del INDH.