Fundación Integra lanzó estudio sobre el regreso a jardines infantiles: comunicación es el área más atrofiada por la pandemia

Ciudadano ADN conversó con Marcela Fontecilla, directora nacional de Educación de la Fundación Integra, sobre el estudio realizado por la institución que midió el retorno a los jardines infantiles en el país y que arrojó que el área de la comunicación es la más dañada en los integrantes de la primera infancia, tras la pandemia del covid-19. 

“Las y los niños de la primera infancia no han estado ajeno a esta situación mundial y en particular en Chile de la pandemia, por tanto, el tener que interrumpir la presencialidad en los jardines infantiles y salas cunas, ha tenido un impacto, porque se interrumpe un proceso de socialización, de trabajo pedagógico que se realiza en nuestros establecimientos”, sostuvo.

En esa misma línea, Fontecilla explicó que “nosotros nos preparamos no solo con la infraestructura y tener toda la aplicación de los protocolos sanitarios para el nivel, sino que también con formación para las trabajadoras, de modo de tener una planificación educativa que dé respuesta a la necesidad de los y las niñas que hoy pueden ser distintas”. 

Los resultados del estudio

Es por todo lo anterior, que desde Fundación Integra decidieron hacer un estudio, con el fin de analizar los objetivos a abordar en la planificación anual, por medio de una muestra de más de 2.000 niños y niñas (de los 85 mil que componen la matrícula de los establecimientos de la institución), arrojando que la comunicación es el principal problema de los integrantes de la primera infancia. 

En “el área de la comunicación, solo el 68,2% de los niños logró lo que se esperaba en su desarrollo para la edad en el nivel de sala cuna, es decir en las y los niños de entre 0 a 2 años. Hay una brecha para poder avanzar en el ámbito de la comunicación, en la expresión, en que el niño pueda dar a conocer sus necesidades, no solo adquirir vocabulario, sino que también comprensión”, detalló Fontecilla. 

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Además, otra de las áreas que demostró una disminución en el desarrollo de los menores de edad, fue el área motora, con un 73% de los niños que tiene un desarrollo óptimo, para los niños más pequeños (de 0 a 2 años). 

“En los niños más grandes, de los cuatro años en adelante, tuvimos mejores resultados. La mayoría de los niños, sobre el 80%, lograron sus aprendizajes y desarrollo para su edad”, puntualizó la directora nacional de Educación de la Fundación Integra. 

Sin embargo, Fontecilla manifestó que en dicho segmento, el área que más descendió, igualmente fue la comunicación, “aún cuando el 80% de los niños logra lo esperado”.

Las recomendaciones

En búsqueda de mejorar la vuelta a la sala cuna y jardines de los niños y niñas de Chile, desde Fundación Integra entregaron recomendaciones a los padres, para hacer de este proceso lo menos invasivo posible. 

En primer lugar, Fontecilla llamó a los padres a “estar tranquilos, porque este periodo de adaptación no es solo para los niños, sino que también para la familia. Hay todavía cierto temor al contagio, a cómo reaccionan sus hijos”. 

Es por esto, que la integrante de Integra expresó que se debe tener confianza en los jardines infantiles y salas cunas, “en término de que todas las medida sanitarias están implementadas, porque nos interesa la salud de los niños y también de las trabajadoras”. 

Igualmente, llamó a los padres y las familias a involucrarse en el proceso de adaptación de las y los niños, ya que “necesitamos de la familias para que se desarrollen plenamente y tengan aprendizajes significativos”. 

Recomendaciones para el reingresan tras dos años de ausencia

En cuanto a los y las menores de edad que reingresan a estos establecimientos educacionales, tras una pausa de dos años, desde Integra recomendaron a los padres “estar atento a aquellas señales desde que se ponen a llorar y no quieren entrar al jardín, hasta que derrepente no hablen mucho, porque son los que mejor conocen a los niños”. 

Igualmente, Fontecilla sostuvo que se debe ser flexible, puesto que “cada niño tiene su propio proceso de adaptación, la idea es si el niño necesita llevar un objeto de apego, que lo lleve y el niño se sienta protegido”.

“La familia debe dar a conocer con lujo de detalles las pautas de crianza que ellos (las y los niños) tienen, cómo se alimentan, duración de la siesta, para que el jardín sea un espacio de continuidad del hogar”, añadió. 

“Es imposible pretender que un niño porque fue al jardín infantil un día, quedó totalmente adaptado, es un proceso, que ojalá sea permanente y no sea intermitente”, cerró. 

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