Migración ilegal por pasos fronterizos no habilitados amenaza a la comuna de Ollagüe
Sin capacidad para testear posibles casos de covid-19, las autoridades locales vaticinan el peor de los escenarios sanitarios para una población mayoritariamente adulta mayor.
Municipalidad de Ollagüe
Hubo 34 personas que entraron a Chile el jueves pasado por un paso fronterizo no habilitado hacia la comuna de Ollagüe, en el norte cordillerano de la región de Antofagasta, en la provincia del Loa. La localidad es pequeña: el total de habitantes es alrededor de 300 personas, en su mayoría adultos mayores. Y dadas las proporciones, sería anecdótico el hecho; pero las autoridades ven como eso que ocurrió se repite con más frecuencia.
El temor crece más aún por las condiciones sanitarias actuales, con una pandemia que registra contagios en ascenso. El administrador municipal de Ollagüe, José Vilches, lo problematizó así: «No se realizó el test de antígeno que llegaron, tampoco PCR. Lamentablemente debemos decir que hay 34 potenciales casos de covid-19″.
Durante 2021 fueron un total de 900 personas las que ingresaron por Ollagüe como paso fronterizo. Y a juicio de Vilches, «el tema de la inmigración irregular ya es complejo, pero si a esto se suma la pandemia, nos está generando un problema. En el caso nuestro, si las barreras sanitarias no son las correctas, va a haber un problema mayor».
En la municipalidad no tienen la capacidad para enfrentar este flujo: no hay dónde alojarlos ni lugares provisorios donde al menos puedan esperar el resultado de algún test que detecte la presencia de covid-19. Tampoco hay personal que pueda protegerlos en el caso de trasladarlos a Calama, la urbe más próxima.
El deambular de quienes llegan a Ollagüe es a la espera de algo: un mejor futuro, un resultado covid negativo, una bienvenida esperanzadora. Pero los que viven ahí piensan en Colchane, en los niños y niñas y mujeres que levantaron improvisadas carpas afuera de los mismos refugios de tránsito porque estos no dan abasto. No quieren ser eso, están seguros. Y mientras la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Salud siga con esa desidia que han denunciado las autoridades locales hasta ahora, el futuro se opaca.
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