«El diablo en el cuerpo»: Alex Anwandter estrena su nuevo álbum de dance pop

El artista y productor chileno Alex Anwandter estrenó este viernes su nuevo álbum El diablo en el cuerpo, su trabajo más vibrante a la fecha. El disco de 16 canciones, cuenta con colaboraciones de Buscabulla, Julieta Venegas, Javiera Mena y Christina Rosenvinge.

Sus cinco singles ya estrenados, Mi vida en llamas (feat. Buscabulla), Unx de nosotrxs (feat. Javiera Mena), Precipicio, Qué piensas hacer sin mi amor? y Maricoteca , obtuvieron elogios de la crítica a través de Billboard (Mejores canciones latinas de la semana), Rolling Stone.com (Canciones que necesitas conocer), NPR Music Alt.Latino, Remezcla, them., KCRW, WXPN y más.

Autograbado y producido en los últimos años desde que se mudó a Nueva York, El diablo en el cuerpo ofrece una forma audazmente extravagante de música bailable, que tiene sus raíces en la visión de Alex Anwandter de la cultura bailable como un «mundo donde puedes convertirte en quien realmente quieres ser».

«El título del disco se relaciona con la idea de moverse, conectarse y comunicarse con el cuerpo«, relató el cantante. “También está relacionado con el otro gran tema del disco, que es el deseo y lo que sucede cuando te entregas a él”, agregó.

«El enamoramiento ardiente…»

Este quinto álbum se mueve en conceptos como el deseo que lo consume todo, el enamoramiento ardiente o la angustia. Combina ese sentimiento desenfrenado con su elegante, pero aventurero sentido de la composición, aprovechando una vez más la sofisticada musicalidad que le valió tres nominaciones a los Premios Grammy Latinos, incluida la de Mejor Álbum Alternativo por su anterior disco Latinoamericana.

Alex Anwandter se inspiró en su voluminoso vocabulario musical a lo largo del álbum, que tomó forma por primera vez en los primeros días del confinamiento, de fuentes tan eclécticas como el proto-synth-pop, la música disco de vanguardia de Arthur Russell, el clásico de 1976 de Marvin Gaye. I want you,  baladas latinas, pop brasileño y música clásica posromántica.

En la tradición de los iconoclastas del pop como Prince, el chileno llega a todos los centros de placer mientras explora asuntos infinitamente complejos del corazón, la mente y el alma, convirtiendo finalmente el álbum en una deslumbrante meditación sobre la vida y el amor queer.