Euforia, mosh y humo: Así fue el debut de Billy Idol en Chile

A las nueve de la noche en punto, el británico-estadounidense Billy Idol se subió al escenario del Teatro Caupolicán a saldar una deuda histórica con los fanáticos chilenos.

Y es que el artista punk rock lo dio todo en un extenso concierto debut, que estuvo marcado por sus clásicos temas, y también por una serie de disturbios, los que si bien propiciaron una pausa, no pudieron derribar la vitalidad y energía del cantante de 66 años.

Entre los llamados a su nombre por parte de los asistentes y un telón que desplegaba un gran «IDOL» a sus espaldas, el intérprete comenzó el show con Dancing With My Self, canción de 1981 que pertenece a un cover del grupo formado por Idol en 1976, Generation X, para luego sumar Cradle of Love (1990), Flesh for Fantasy (1984) y su uno de sus últimos sencillos, Cage (2022), el cual se desprende de su último EP, The Cage.

Humo y disturbios: Una pausa para el rock

Fue terminando el tema Speed, canción principal de la película del mismo nombre traducida al español como Máxima Velocidad (1994), cuando el cantante comenzó a toser y a tomarse el pecho, mientras, con la mano, intentaba disipar el humo que lo rodeaba.

Debido a lo que en un comienzo se consignó como una bomba lacrimógena, y que luego habría sido aclarado como un intento por detener con extintores a personas que querían entrar al lugar sin entrada, Billy fue sacado del stage entre una oleada de humo que contaminó todo el interior del recinto, obligando a la producción a detener el concierto por 20 minutos.

“Hola, buenas noches. Vamos a tomar una pequeña pausa, por favor. Todos tranquilos, vamos a tomar un descanso, que nadie salga porque tenemos una pequeña situación que se está dando aquí en la entrada” explicaron a los asistentes en el momento.

Fue el mismo Billy, quien a través de sus redes sociales, compartió más antecedentes de lo sucedido, explicando que «algunos «punks» intentaron colarse en el concierto… La policía antidisturbios les lanzó gas lacrimógeno, se filtró en el auditorio, así que tuvimos que suspender el concierto después de Speed, ¡pero volveremos al escenario pronto!», agregó el cantante.

Minutos más tarde, se avisó que Idol quería retornar a escena, llamando a la paciencia del público eufórico, quienes entre gritos también delataban a algunas personas que, desde la galería, saltaron por el balcón hacia el sector de platea, el cual se encontraba habilitado como continuación de la cancha.

El show debe continuar

Tras el control de los disturbios, Billy Idol continuó el concierto con todo el power que lo caracteriza, sumando a la lista hits como Bitter Taste (2021) y Eyes Without a Face (1983), debiendo, en primera instancia, salir de escena entre cada tema para poder seguir recuperándose del aire contaminado.

Una vez al cien, ni los mosh de fanáticos en las primeras filas, ni los retazos de acidez en el ambiente, pudieron detener la puesta en escena del artista, quien siguió saldando su deuda con brillantes y enérgicas interpretaciones de Runnin’ From the Ghost (2022), One Hundred Punks (Cover de Generation X), Blue Highway (1983), y por supuesto, su esperado y aclamado hit, Rebel Yell (1983), el cual terminó alzando una pequeña bandera con su cara y nombre impresos, entre los gritos de un público conectado con un ídolo que a punta de talento, demostró que sigue más vigente que nunca.