Respeto a los derechos humanos, condena a la invasión a Ucrania y llamado al desarrollo económico: así fue la intervención del Presidente Boric en Celac-UE
"Es necesario que desde Europa se vea y entienda a América Latina y el Caribe como socios iguales, en condición de igualdad", dijo el Mandatario en el encuentro en Bélgica.
Trato igualitario; respecto irrestricto a los derechos humanos; condena al quiebre del derecho internacional; y desarrollo económico y productivo. Esas fueron las principales líneas que el Presidente Gabriel Boric desarrolló durante su presentación, este martes 18 de julio, en la Tercera Cumbre de Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, y de la Unión Europea (Celac-UE) en Bélgica.
Tras una serie de encuentros bilaterales con pares del todo el mundo, el Mandatario estableció algunas bases: «Europa y América Latina y el Caribe no quieren depender de nadie, ni de Estados Unidos ni de China. Y creo que los valores comunes que tenemos en esta gran mesa redonda nos llaman a profundizar nuestra relación, no solo en términos económicos, sino también en términos culturales, políticos y sociales. Para eso es necesario que desde Europa se vea y entienda a América Latina y el Caribe como socios iguales, en condición de igualdad».
Para este trato, el Presidente llamó a «ponernos de acuerdo» en dos cosas: «el respeto irrestricto a los derechos humanos como avance civilizatorio, independiente del color del gobierno que esté en el poder», y «el respeto irrestricto al derecho internacional, porque es una garantía para todos y todas». Los ejemplos que dio para ambas declaraciones son de perogrullo: Nicaragua y Venezuela en lo primero, y Rusia y Ucrania en lo segundo.
Sobre lo primero, profundizó: «No son tolerables, no debieran ser tolerables en América Latina, ni en ninguna parte del mundo, situaciones como las que ocurren en Nicaragua hoy día, o la terrible crisis que ha llevado al éxodo de más de seis millones de venezolanos que lo vemos en nuestra patria, donde hemos acogido más de un millón de ellos. Pero a su vez, tenemos que pensar conjuntamente cuál es la manera de solucionar esto y no de agravar el problema».
Para ello, instó a dejar los tutelajes y rechazar las sanciones «que se imponen de manera unilateral» y que «no están aportando la solución». En particular, las sanciones que impone Estados Unidos a Cuba, «menos aún la inaceptable declaración de Cuba como país que ampara el terrorismo, cosa que no es cierta. Tenemos que rechazar aquello con mucha fuerza».
Sobre el respeto al derecho internacional, y en particular sobre el caso de la invasión de rusa, acotó: «Lo que sucede en Ucrania es una guerra de agresión imperial inaceptable en donde se viola el derecho internacional y entiendo que la declaración conjunta está trabada hoy día porque algunos no quieren decir que es la guerra contra Ucrania».
«Estimados colegas, hoy día es Ucrania pero mañana podría ser cualquiera de nosotros. En esto no dudemos por complacencia que se puedan tener en uno u otro momento con cualquier líder. Da lo mismo si cae bien o cae mal el presidente de un país, lo importante es el respeto al derecho internacional. Y acá se ha violado claramente el derecho internacional, no por las dos partes, por una parte que es invasora que es Rusia», agregó.
Hacia el final, enfocó sus palabras en el desarrollo económico y los temas del futuro: la transición energética, la crisis climática, la explotación del litio, del hidrógeno verde, del cobre, «pero desde la perspectiva de crear valor agregado también en nuestro país y en nuestra región. No solamente ser una fuente de materias primas, sino de crear valor para crear riqueza, para distribuir de manera más justa la riqueza entre nuestros pueblos».
«Vamos a construir un mundo en paz y con justicia sólo si todos ganamos de nuestras relaciones y no sólo si unos pocos se benefician de ellas. Creo que tenemos muchísimos valores comunes y en la medida en que defendamos juntos los avances civilizatorios que hemos logrado como humanidad después de las tragedias que hemos vivido, no me cabe ninguna duda de que vamos a poder construir un mundo más justo y feliz», cerró.