Asalto al Capitolio de EE. UU.: 18 años de cárcel a líder del grupo extremista Oath Keepers

En un hito significativo en la investigación sobre el asalto al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, el fundador del grupo extremista Oath Keepers, Stewart Rhodes, fue condenado el jueves a 18 años de prisión por organizar un complot sedicioso. Esta condena marca la sentencia más larga hasta el momento en los numerosos juicios relacionados con la insurrección.

Rhodes se convierte en la primera persona acusada por el ataque del 6 de enero en recibir una condena por conspiración sediciosa. Su condena es vista como un mensaje claro de que las acciones se usarán para socavar la democracia y desestabilizar el gobierno no serán toleradas.

El juez federal de distrito Amit Mehta, antes de pronunciar la sentencia, afirmó que Rhodes representa un peligro para el país, ya que busca que la democracia se deteriore en violencia. El juez también le detectaron que, una vez en libertad, Rhodes estaría dispuesto a recurrir a las armas contra su propio gobierno.

En respuesta a la sentencia, Rhodes no mostró remordimiento ni solicitó clemencia. En cambio, se autodenominó un «prisionero político» y criticó a los fiscales y al gobierno de Biden. Además, trató de minimizar sus acciones del 6 de enero, argumentando que su único delito es oponerse a quienes, según él, están destruyendo el país.

El Departamento de Justicia ha considerado este caso de gran importancia, ya que busca demostrar que la insurrección llevada a cabo por grupos extremistas de derecha como los Oath Keepers no fue una protesta espontánea, sino el resultado de semanas de planificación para anular la victoria electoral de Joe Biden.

Otro implicado esperando condena

Kelly Meggs, otro miembro destacado de los Oath Keepers, fue condenado junto con Rhodes en noviembre pasado y está pendiente de recibir su sentencia en las próximas horas. Se espera que otros miembros del grupo sean sentenciados el viernes y la próxima semana.

Fundado en 2009 por Stewart Rhodes, el grupo Oath Keepers se convirtió en una de las milicias antigubernamentales de derecha más grandes en Estados Unidos. Integrado por militares y policías en servicio activo o retirados, el grupo promueve la creencia de que el gobierno federal busca privar a los ciudadanos de sus libertades civiles y se presenta a sí mismo como su defensor contra la tiranía.