BIOGRAFÍA | La revancha de Lula da Silva: vuelve a ser electo presidente de Brasil tras 12 años

Tuvieron que pasar 12 años y 580 días de presidio (producto de una condena que después se le fue anulada), para que Luiz Inácio Lula da Silva volviera a ser electo presidente de Brasil. El otrora obrero metalúrgico, sindicalista y opositor de la dictadura militar de Humberto de Alencar Castelo Branco, logró vencer al actual presidente brasileño Jair Bolsonaro en una apretada segunda vuelta.

Sus inicios

Lula da Silva nació en un pequeño pueblo de Pernambuco. Hijo del matrimonio entre Aristides Inácio da Silva y Eurídice Ferreira de Melo, del cual también tuvo seis hermanos. Sin embargo, Lula no pudo conocer a su padre hasta que tuvo cinco años, debido a que él se mudó a trabajar a São Paulo como estibador. Un hombre al que el expresidente definió como un «pozo de ignorancia» y «un alcohólico«.

Producto de la precaria situación económica de su familia, Lula empezó a trabajar desde los 12 años como limpiabotas. Tiempo después, consiguió un trabajo como ayudante en una tintorería y luego se desempeñó como ambulante de tapioca y frutas tropicales. Y así este que cumplió los 14 años y consiguió un puesto en una planta de producción tornillos.

Sus primeros años como obrero

En ese momento, nació el Lula obrero, el perfil que lo catapultó como uno de los políticos más exitosos electoralmente en los sectores más populares de Brasil. En la fábrica trabajaba doce horas diarias y abandonó sus estudios, a pesar de tener un excelente rendimiento, para traer sustento a su familia.

A la vez que se desempeñaba como obrero metalúrgico, realizó un curso de tornero mecánico de tres impartido por el Servicio Nacional de Industria (SENAI). Así, hasta que poco después caería el gobierno democrático de João Goulart y se instauró la dictadura de Humberto de Alencar Castelo Branco. Él en un principio era un obrero despolitizado.

Su comienzo en la política

Esto cambió en 1966, cuando empezó a desempeñarse en las Industrias Villares. Fue en ese tiempo, que supo que su hermano, Frei Chico (conocido como José), quien estaba afiliado al ilegalizado Partido Comunista de Brasil, fue arrestado y torturado por los militares. A raíz de esto, Lula participó de manera activa en el sindicalismo y repartió propaganda contra el régimen en la clandestinidad.

Durante años, hasta 1986, forjó una trayectoria como sindicalista que lo llevó a liderar a más de 100.000 trabajadores organizados. Años en los que también fundó el Partido de los Trabajadores (PT), con apoyo de algunos políticos e intelectuales de izquierda. Y así, hasta que volvió la democracia, y fue electo diputado e integrante de la Asamblea Constituyente.

Sus candidaturas presidenciales

En los años venideros su partido no paró de crecer y en 1989 se convirtió en el primer candidato presidencial en la historia de Brasil que provenía del mundo sindical. Para esa campaña propuso una reforma agraria y un plan contra la inflación. Sin embargo, perdió en segunda vuelta contra el candidato de la derecha brasileña.

Más adelante, se postuló dos veces más a la presidencia. Y en esas dos ocasiones perdió, y contra la misma persona: el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso.

No obstante, en las elecciones del 2002, derrotó al elegido de Cardoso, José Serra, convirtiéndose por fin en el presidente electo de su país. Una histórica votación en la que alcanzó el mayor número de votos de la historia de Brasil, con 52.400.000 sufragios.

«Y yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo mi primer diploma, el título de presidente de la República de mi país«, fue lo que dijo Lula en su discurso al asumir.

Lula como presidente

En su primer gobierno, hubo una baja de la inflación, una alta tasa de crecimiento del PIB y una reducción del desempleo, según cifras locales oficiales. Y cuando en el 2011, Lula dejó la presidencia, tras dos gobiernos, llegó a tener un PIB de 2,6 billones de dólares estadounidenses, triplicó el PIB per cápita de Brasil según el Banco Mundial, lo que en ese entonces ubicó al país en el sexto lugar del planeta.

Pero sin duda, el mayor logro de Lula da Silva, fue sacar a 30 millones de personas de la pobreza en menos de una década. Una hazaña a la que también se le suma su importante participación en el programa nuclear de Irán y en los primeros debates gubernamentales sobre el cambio climático.

Fin de sus dos gobiernos y su etapa más difícil

Lula de Silva dejó la presidencia de Brasil con un 80% de aprobación. Sin embargo, desde su salida del gobierno, los problemas no pararon. En octubre del 2011 fue diagnosticado con un cáncer de garganta, el cual superó meses después tras someterse a un tratamiento de quimioterapia. Y después de ello, vendría la acusación de corrupción por Petrobras.

Fue arrestado, su casa fue allanada y fue investigado durante varios meses en el marco de la operación anticorrupción Lava Jato. Se le acusaba de recibir 8 millones de dólares entre pagos de por conferencias, viajes y regalos. Y quien lideraba esa investigación contra él, era el entonces juez Sergio Moro, quien después fue ministro de Justicia de Jair Bolsonaro.

Precisamente, la Corte Suprema de Brasil y la Justicia Brasileña, tras que Moro consiguiera encarcelar a Lula durante 580 días, dictaminó que este último jurista no actuó de manera imparcial y que no se presentaron pruebas sólidas en contra del expresidente. Por lo que se decidió la liberación de Lula a fines del 2019, luego de varios fallos a su favor (uno unánime) y la anulación de la condena en su contra.

Años difíciles ante los que Lula da Silva tuvo su ansiada revancha con su victoria en este domingo, y frente a Jair Bolsonaro, uno que «premió» al juez que lo encarceló (dándole un ministerio) y que constantemente le restregó su tiempo en prisión. Hoy Lula vuelve a ser el presidente electo del país, por tercera vez.