The Economist y Plebiscito de salida: «Los votantes deben rechazar el nuevo proyecto de Constitución»
Según el medio internacional, la Constitución de 1980 propone "un modelo de claridad" y que "para gobernar funciona".
Durante esta jornada, el medio internacional The Economist publicó una columna donde llama a la población chilena a «rechazar el nuevo proyecto de Constitución».
Según el escrito titulado «Los votantes deben rechazar el nuevo proyecto de Constitución de Chile«, el texto de nueva Constitución «es absurdamente largo, con 388 artículos. También es fiscalmente irresponsable y excesivamente progresista«.
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«La antigua Constitución de Chile no era perfecta. De hecho, ha sido enmendada casi 60 veces. Pero comparado con el reemplazo propuesto, es un modelo de claridad. Más importante aún, el antiguo modelo para gobernar funciona. Desde que se restauró la democracia. Chile ha sido un éxito en América Latina. El PIB por persona se ha triplicado desde 1990 y la pobreza ha disminuido», agrega la columna.
Asimismo, The Economist sostiene que «el documento es mucho menos favorable a las empresas o al crecimiento que la Constitución actual«, y apunta a que al dar mayor poder a los sindicatos de trabajadores, se podría «dificultar el despido» al establecer que «todo el mundo tiene ‘derecho al trabajo’ y que ‘se prohíbe toda forma de precariedad laboral'».
Para el medio con sede en el Reino Unido, el texto de nueva Constitución «es un embrollo confuso, lleno de un lenguaje impreciso», y que «en lugar de desechar la antigua constitución, los chilenos deberían desechar la nueva».
«Cuando el borrador se someta a referéndum en septiembre, deberían rechazarlo. La constitución actual se mantendría y el Congreso conservaría el poder de revisarla gradualmente, por ejemplo, para facilitar la construcción de un estado de bienestar fuerte«, prosigue la columna
«Tal enfoque puede sonar poco inspirador para quienes salieron a las calles en 2019 y 2020. Pero a largo plazo, es mucho más probable que haga que Chile sea próspero y gobernable«, cerraron desde el medio.
A pesar de las críticas, The Economist valoró algunas iniciativas como «la devolución de algunas competencias a las regiones» y dar «a los indígenas el derecho a ser enseñados en sus propias lenguas en las escuelas».