Mariana Díaz, corresponsal de ADN desde Kiev, Ucrania: «El presidente pidió que los niños no fueran a las escuelas, ni que los adultos fueran a trabajar; hay filas en supermercados, farmacias y cajeros automáticos»

La corresponsal de ADN, Mariana Díaz, desde Kiev, capital de Ucrania, ha podido atestiguar cómo se han vivido los ataques rusos. Conversó la mañana de este jueves en ADN Hoy, luego de haber llegado a la zona de conflicto durante el miércoles: «Las primeras explosiones que escuchamos ocurrieron alrededor de las 05:00 y fueron tres en las cercanías del aeropuerto, a 30 kilómetros de la ciudad. Luego, más hacia el centro, hubo otras dos».

La comunicadora relató que la ciudadanía comenzó a refugiarse en las estaciones de Metro, además de buscar los bunkers construidos en la segunda guerra mundial y que aún sirven de alojo.

La mañana de este jueves, «a las 10:00 comenzaron a sonar sirenas para que la gente se refugiara en caso de bombardeos. Están intentando salir de Kiev, tratando de ir hacia el oeste, hacia la frontera con Polonia. Hay atochamiento. En el centro hay una sensación extraña: el Presidente pidió que los niños no fueran a las escuelas, ni que los adultos fueran a trabajar. Hay filas en supermercados, farmacias y cajeros automáticos», contó Díaz.

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Los servicios que aún hoy siguen funcionando son algunos supermercados, farmacias, bancos y algunas pocas cafeterías, «el resto del comercio está cerrado». 

En los medios de comunicación, por otra parte, llamaron a mantener la calma en Kiev, además de abandonar la ciudad de Donbass, al suroeste de Ucrania. Uno de los territorios en conflicto. «La parte ucraniana señaló que hubo bombardeo, que cayó un avión ruso, mientras que Rusia lo desmiente. Es una tónica que ha venido ocurriendo en los días anteriores, cuando los dos frentes comenzaron los enfrentamientos», añadió Díaz.

Durante el miércoles, y según los testimonios que pudo recoger de las personas en la ciudad, la idea de una invasión era lejana, incluso atribuida exclusivamente al sector de Donbass. Con el pasar de las horas, sin embargo, «el clima era otro: sentían miedo, veían la posibilidad de invasión real, compraban alimentos, medicinas. Algunos comenzaron a entrenarse con grupos paramilitares para ir al Ejército y combatir con Ucrania. Habían otros civiles haciendo cursos de sobrevivencia en caso de ataque. Ha sido una escalada que ha tenido lugar en ucrania».

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