Asesinado a tiros en México un padre que buscaba a su hijo secuestrado

Nepomuceno Moreno Muñoz, de 56 años, se unió a los movimientos sociales que luchan por el fin de la violencia en México en octubre del año pasado, tras la desaparición de su hijo Jorge Mario, de 18 años. Tras un año reclamando justicia, Moreno fue asesinado el lunes en Hermosillo, la capital del Estado de Sonora (extremo noroeste de México). Los investigadores encontraron siete cartuchos de bala del calibre 40 milímetros en el lugar del crimen.

Moreno Muñoz era activista del Movimiento para la Paz con Justicia y Dignidad. Había denunciado en distintas ocasiones –la más reciente apenas hace dos semanas– que era objeto de amenazas. Aseguraba que le amenazaban por insistir en denunciar a los que él señalaba como posibles autores del secuestro de su hijo. La última vez que padre e hijo hablaron fue el 1 de octubre de 2010. Jorge Mario le dijo entonces a su padre que estaba siendo seguido por policías estatales de Sonora. Eso ocurrió en Ciudad Obregón, a 254 kilómetros al sur de Hermosillo.

Nepomuceno no se resignó a que su hijo se lo hubiera tragado la tierra. Cuando supo del movimiento creado por el poeta Javier Sicilia, que también perdió a un hijo en la ola de violencia que asfixia México, se sumó al mismo. Con ellos emprendió las dos caravanas por todo el país y participó en octubre en el segundo diálogo de las víctimas con el presidente Felipe Calderón, a quien pidió protección.

México fue sacudido por la noticia como ya ocurrió en al menos dos ocasiones en los últimos doce meses: en diciembre pasado, Marisela Escobedo fue asesinada a las afueras del palacio de gobierno de Chihuahua, donde se encontraba protestando por la falta de justicia en el asesinato de su hija Rubí. Y en febrero pasado, Leopoldo Valenzuela Escobar, fue ultimado a tiros en Durango. Nunca cesó en su empeño por encontrar a su hijo Leo, secuestrado en septiembre de 2010. En ninguno de los dos casos ha habido justicia.