Insólito: Vicepresidente de Surinam debutó a los 60 años en la Liga de Concacaf

En el fútbol hay historias para todos los gustos, pero la de Ronnie Brunswijk en el fútbol centroamericano es a lo menos curiosa.

Todo se desató anoche, cuando por la primera ronda de la Liga de Concacaf, el Olimpia de Honduras visitó al Inter Moengotapoe de Surinam. El partido de ida fue en este último país y Ronnie Brunswijk tuvo la peculiar idea de ser parte del encuentro.

Dicha idea no pasaría de una expresión de deseo salvo por un detalle: tiene 60 años, es el dueño del club, el estadio lleva su nombre y, a la vez, es vicepresidente de Surinam. Y además, un personaje a lo menos turbio.

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El historial de Ronnie Brunswijk

Su llegada al fútbol está marcada por un devenir político insólito. En la década de los 80, fue guerrillero y cabecilla de una guerra civil que, con el tiempo, le permitió ser electo vicepresidente del país el año pasado.

En el intertanto, se transformó en una de las personas más ricas del país, a la vez de ser acusado de narcotrafico y asesinato en los Países Bajos.

Su inmensa y generosa fortuna lo ha hecho ser bautizado como Robin Hood entre sus fanáticos, adhesión que le permitió el triunfo en las urnas. Todo también respaldado por la fundación en 1992 del Inter Moengotapoe, club que ha ganado 10 títulos locales en los últimos 11 años.

Rendimiento que les permitió clasificar a la Liga de la Concacaf, instancia que Ronnie Brunswijk no dejó pasar para dejar otra huella en su peculiar vida: jugó de titular 54 minutos del partido como delantero y hasta compartió oncena con su hijo, que fue reemplazado a la media hora.

Claro que mucha suerte no tuvo pues su equipo fue goleado por 6-0, aunque eso no le quitó el ánimo y repartió dinero en el camarín.

Un último detalle: no jugará la vuelta de la llave, en Honduras, pues tiene orden de captura internacional y podría ser detenido si abandona Surinam.