Los días más tristes de Arturo Longton: reveló que llora a diario y le cuesta enfrentar la soledad
"Yo siempre quise ser famoso, y pensaba que el día que fuera famoso me iba sentir diferente, pero la televisión potenció más mi inseguridad", contó el exchico reality.
No lo ha pasado bien. Y así lo quiso exteriorizar en una de sus últimas entrevistas, donde Arturo Longton abrió su corazón.
El exchico reality se sinceró con Publimetro, donde habló de los complejos trastornos que lo afectan en su día a día.
Y ahí reveló cuán inseguro es y cuánto le teme a la soledad, lo que se ha convertido en todo un problema que lo deprime y hace llorar a diario.
«Yo siempre quise ser famoso, y pensaba que el día que fuera famoso me iba sentir diferente, pero la televisión potenció más mi inseguridad», fue lo primero que confesó.
Y agregó que «inseguro he sido toda mi vida, sobre todo con las mujeres. Siempre sentía como que no me iban a pescar. Si me gustaba una compañera de curso sentía que no tenía ninguna posibilidad, entonces trataba de hacer cosas para verme bien constantemente».
La pena de Longton
El musculoso y recordado miembro de La Granja manifestó además que «me afecta en temas de pega, porque yo quiero llamar a alguien pero digo me va a decir que no. Y de repente eres súper capaz de algo, tienes habilidades para ciertas cosas, pero tú mismo te insegurizas. Ahí necesitas el empujón de algún amigo o familiar».
Longton expresó que «me hubiera encantando haber sido más seguro, porque hubiera logrado muchas cosas en mi vida».
E incluso reveló que ha buscado varias veces ayuda, sobre todo porque esta inseguridad le ha provocado trastornos depresivos y bipolaridad debido a que se siente muy solo.
«No me gusta haber sido tan solitario, eso me da pena. Siempre fui de pocos amigos y ahora me pasa la cuenta porque ya están todos casados con hijos, ahí viene la soledad. Me ha pasado que hay días que lloro, estoy en mi cama y me deprimo», aseguró.
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De esta forma, Arturo Longton se desahogó respecto a su estado anímico y las tristezas que enfrenta a diario donde, pese a que se le ve siempre alegre, lleva su cruz bien adentro.