«Escuchan las líneas telefónicas»: Investigaciones de la PDI revelaron los miedos de Parived en medio de sus supuestos negocios ilícitos

El reportaje del fin de semana del diario La Tercera sobre Marco Antonio López Spagui, más conocido como Parived, dejó claro que la investigación sobre el marido de Tonka Tomicic estrecha cada vez más su cerco.

Es que el consejero espiritual es sondeado por la policía por lavado de activos, contrabando de joyas y artículos de lujo.

Un escándalo mediático que tiene al hombre en el ojo del huracán, al igual que a la animadora de Canal 13, quien según Harold Vilches, el llamado Rey del Oro, habría estado enterada de algunos negocios.

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De hecho, en las escuchas reveladas por el medio nacional, el hombre es uno de los participantes en las transacciones que se realizaron a un costado del Hotel Sheraton junto a otro hombre, de nombre Luis.

Las llamadas que complican a Parived

Así, según dio cuenta el diario La Cuarta, hay una escucha transcrita por la PDI que da cuenta de un intercambio telefónico entre el marido de Tonka y el mencionado Luis.

Uno donde hablan de una «piedra que posee un alto valor comercial, $130 millones según lo que indica, que se la había entregado un sujeto, al cual le dio un cheque por $65 millones en garantía para poder quedarse con dicha piedra, por la cual mantenía ofertas en el extranjero».

De hecho, en esa llamada, López Spagui le advierte a Luis que «quiere contarle algo, pero no por acá porque ‘los weones escuchan las líneas telefónicas'».

Sin embargo, pese a este miedo de que se estén enterando de sus negocios ilegales, el anticuario igual comienza a contarle al sujeto de la piedra que «no está manoseada por ningún lado, no es blanca, ni oscura, es una piedra espectacular, que la persona que se la pasó se la estaba llevando a Estados Unidos para certificarla y ya tendría un comprador afuera, pero él se la quitó de las manos».

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Finalmente, en la escucha se da cuenta de que Luis le indica que irá a buscar el artículo, ante lo que Parived señala que «no le puedo perder la pista a esta piedra, porque ahí me queda la cagá».