Corfo y Política Nacional del litio: «No estoy de acuerdo con el diagnóstico de que estemos tan atrasados: la producción del salar de Atacama está al máximo»

La noche del jueves, el Presidente Gabriel Boric anunció una «Estrategia Nacional del Litio» que, entre otras cosas, considera la posibilidad de negociar, vía Codelco y Corfo, el adelantamiento de los contratos de extracción de las empresas SQM y Albemarle, quienes pueden explotar hasta 2030 y 2043, respectivamente; y conformar una empresa público-privada, controlada por el Estado, dedicada a la extracción del mineral.

El contrato de explotación que rige actualmente ha traído altos ingresos al Estado. Y José Miguel Benavente, vicepresidente ejecutivo de Corfo, explicó la mañana de este viernes en ADN Hoy que «esos contratos se respetan y se van a respetar. Lo que propone la nueva estrategia del litio es si voluntariamente las empresas están dispuestas, particularmente SQM, de que haya una creación de una nueva empresa, donde participarían una filial de SQM y de Codelco, para que, en un acuerdo público-privado, seguir desarrollando la explotación del salar y como consecuencia, ampliar el plazo del contrato actual».

Y adelantó parte de los diálogos: «Como dueños del salar, le pedimos a Codelco que se siente a negociar y vea las condiciones, que sean de mutuo beneficio, bajo la única condición de que haya un control estatal de esa nueva institución que se pueda crear, donde estén los dos como socios».

Ahora bien, el control estatal puede ejecutarse de varias formas: «Primero, eso no significa control de Codelco; segundo, una de las formas es a través de una participación mayoritaria de las acciones; pero también existe el control de la compañía sin tener mayoría de acciones. Eso podría hacer Codelco (…) Como es voluntario, uno esperaría que se salde esto con un acuerdo de ambas partes, con una filial de Codelco y con la que está ahora explotando el salar».

Los actuales contratos de explotación del litio consieran, por ejemplo, transferencias a pueblos originarios, a tres municipalidades y a la gobernación de Antofagasta. El rol de Corfo será que se respeten esos acuerdos y que «a lo menos, el nuevo contrato respete esas condiciones y de ahí para arriba. Segundo, que justamente el hecho que entre una filial de una empresa pública va a generar más renta de la que estamos recibiendo actualmente y son números más o menos importantes. Eso es una buena noticia, porque estamos tratando de capturar lo que se llama una «renta ricardiana»: es decir, todos los chilenos somos dueños, por Constitución, de esos recursos y la idea es tratar de extraer la máxima renta posible, a condicional de que para el privado sea rentable para ellos su participación».

«Y tercero, junto con el salar de Atacama, hay un sinnúmero de otras instituciones que son importantes y que se van a ampliar. Uno de ellos es el Instituto de Investigaciones y Tecnológico asociado al litio, que tendrá su sede en Antofagasta, que hará sus investigaciones de todo tipo, no solo de explotación o mejores prácticas, sino también encadenamiento productivo», agregó.

Pero también se piensa, por ejemplo, en el llamado «Triángulo del litio», que se refiere al rol de Bolivia, Argentina y Chile en la extracción del mineral: «Nuestra idea es ir avanzando en conjunto aprendizaje tecnológico, porque hay un tema en la explotación del litio en salares, que es que tenemos un sistema de evaporación, que es tremendamente ineficiente, y utilizar la extracción directa con reinyección. Es muy ad hoc para los salares. Un aprendizaje con los países vecinos es parte del acuerdo».

A ello se sumaría entregar «mejores condiciones de competencia» para futuras licitaciones, aunque Benavente advierte: «No vemos conflictos en eso. Hoy los países más interesados están asentados en Chile (EE.UU., China y Europa)».

«Mientras antes partamos, mejor», concluyó el vicepresidente ejecutivo, no sin antes refutar: «No estoy de acuerdo con el diagnóstico de que estemos tan atrasados: la producción del salar de Atacama está al máximo, en función de los permisos medioambientales que existen; segundo, la producción del salar de Atacama representa cerca del 90% de las reservas de litio que tiene Chile (…) El salar viene desarrollándose en la capacidad máxima tolerada bajo las reglas medioambientales que seguiremos manteniendo. Hemos ido aumentando la producción de litio, pero pasa que en otros países han entrado al mercado».