Representante en Chile de la ONU por precio de los alimentos: «No vemos que en los próximos años vaya a mejorar»
Luiz Carlos Beduschi, representante en Chile de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), conversó con ADN Hoy sobre las importantes variaciones que han tenido los productos en el país en los últimos meses.
Luiz Carlos Beduschi, de FAO, y crisis alimentaria - ADN Hoy - 20 de abril de 2022
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La proyección de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es desoladora: «Infelizmente, las noticias que tengo no son muy buenas: no vemos que en los próximos uno o dos años la situación vaya a mejorar de forma muy significativa».
La cita es de Luiz Carlos Beduschi, representante en Chile de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien durante esta jornada conversó con ADN Hoy sobre la preocupante alza en los precios de los alimentos.
La constatación a nivel nacional ha sido transversal: el aceite, el trigo (y por ende, el pan), las carnes, la leche y más, son solo algunos de los productos que han sufrido estas variables. Desde la FAO, Beduschi aclaró: «Esta situación, que ya era compleja antes del conflicto entre Rusia y Ucrania, ahora una situación alarmante. El índice de precios, desde que empezamos a medirlo, hoy llegó a 159 puntos; comparado de febrero a marzo fue una alza de 12 puntos, el más elevado desde que tenemos registro. Es una situación bastante compleja».
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La explicación, según señaló el también doctor en Agronomía, podría atribuirse a la más primaria de las ecuaciones de mercado: «Como sube el precio de uno, la población empieza a buscar alternativas en otros. Eso presiona la demanda y comienzan a subir los precios. Esa es la complejidad del sistema agroalimentario: muevo una pieza y esa acaba moviendo otras. Al no tener una oferta significativa de aceites, acaba arrastrando a los otros. Es parte de la complejidad de que todo esté vinculado».
«No es solo la guerra en sí, sino que todas las presiones en exportaciones, los puertos, todo va a haciendo que vaya habiendo menos oferta a nivel mundial. Los precios suben, la gente empieza frente a esa alza a buscar alternativas y acaba también presionando otros productos. Es bien conocido en la literatura económica y es parte de lo que debemos enfrentarnos hoy», añadió.
El panorama no mejora ante la incertidumbre del conflicto entre Rusia y Ucrania, pues «no podremos decir de qué forma terminará». El camino, a su juicio, es una «pregunta fundamental: qué hago, cómo me organizo y qué espero del poder político en cuanto a acciones. La respuesta es: hay que contribuir y ayudar a proteger el consumo de las personas más vulnerables, que no tienen mucho margen para costear sus presupuestos; fortalecer los programas de protección social, las transferencias, el consumo. Es parte de la solución. Por otro lado, apoyar a la agricultura expresamente, la agricultura familiar campesina, a armarse para la próxima cosecha. Sino, se complica aún más la situación».
Mundo globalizado, soluciones planetarias
La experiencia de la FAO indica que el cierre de fronteras y puertos solo empeora el escenario. El consejo, entonces, «es mantener abierto el comercio mundial de alimentos y fertilizantes. Pero deberíamos hacer todo lo posible para evitar estas medidas de protección que acaban generando aumentos aún mayores de los precios de los alimentos», señaló Beduschi.
«Imagínense que todos dejan de exportar: la oferta a nivel global disminuye y eso presiona aún más el alza de los precios. Nosotros estamos hablando a nivel global, pero también sugiriendo a los países que eviten ese tipo de políticas que cierran sus exportaciones, porque eso en ese nivel que se complica aún más la situación. Podemos sugerirles, eso sí, a los países que busquen diversificar sus fuentes de su ministros de alimentos», complementó.
La política de apoyo al agricultor local podría ser una de las soluciones. La otra, «es lo que uno siempre dice: no poner los huevos en la misma canasta (…) Es un buen momento para los agricultores para sembrar: los precios están más altos, pueden ser mejor remunerados, pero tienen que tener algo de apoyo porque la producción está más alta: el nitrógeno, el fósforo, el potasio está muy alto, a niveles superiores de los que ya existían. Es la combinación que tenemos que encontrar».
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Comida botada, la paradoja alimentaria
Son toneladas de alimentos los que se botan día a día. «Una paradoja del sistema alimentario«, resumió el representante de la ONU-FAO. Y lo graficó así: «En la región somos 650 millones de personas, pero 40% de esas personas, es decir, 267 millones están en situación de inseguridad alimentaria. No saben si van a comer o si van a poder poner alimento en el plato de sus hijos. Es una producción que produce par amucho más gente que puede consumir esos alimentos».
«Esa es solo una de las expresiones de que algo anda mal con los sitemas agroalimentarios. Desde la FAO estamos apoyando al gobierno, sugiriendo que pongan atención a ese tema. Hay todo un programa en la reducción de desperdicios de alimentos, no solo por la dimensión ética, sino de energía y trabajo humano que tiene cada tomate, cada lechuga. Estamos botando energía, agua. Sin duda es un tema que la FAO viene trabajando de forma intensa con otros actores del sector privado, que es importante. Quizás es un momento para que uno haga una pausa para pensar qué hay que cambiar», concluyó.
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