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¡Innovación educativa triunfa en Quilpué! Colegio Esperanza gana concurso nacional con medidor de decibeles

El equipo liderado por el profesor Carlos Zuleta conversó con Ciudadano ADN, detallando el trasfondo de la iniciativa ganadora.

¡Innovación educativa triunfa en Quilpué! Colegio Esperanza gana concurso nacional con medidor de decibeles

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En un hito educativo, el grupo de escolares bajo el nombre «Seekers-Of-Silence», provenientes del Colegio Esperanza, se llevó el primer lugar en el concurso «Solve For Tomorrow» de Samsung y País digital.

El equipo, liderado por el profesor Carlos Zuleta, presentó una innovadora solución para abordar la contaminación acústica en su establecimiento, ganándose el reconocimiento a nivel nacional.

El concurso, que promueve la participación de estudiantes de colegios vulnerables, busca impulsar la creatividad y el uso de la tecnología para resolver problemáticas locales. En este caso, el equipo del colegio «Seekers-Of-Silence» propuso un medidor de decibeles con un enfoque inclusivo.

Decibeles en colegio

De acuerdo a lo señalado por los integrantes del grupo a Ciudadano ADN, este proyecto surgió luego que los estudiantes identificaran el área del casino escolar como un espacio ruidoso que afecta a estudiantes con alta sensibilidad. La solución propuesta es un dispositivo que mide los decibeles del entorno y los representa mediante luces de colores. Benjamín Labra explicó: «La idea es que, tomando estos colores como referencia, los propios alumnos puedan regular su tono de voz para que sus compañeros se sientan cómodos, como un semáforo de ruido».

En tanto, el profesor Zuleta destacó el enfoque empático de la iniciativa: «La empatía es un fundamento importante en nuestro proyecto, y que la ciencia y la matemática puedan apostar a eso también es genial». El equipo se dedicó durante seis meses al desarrollo de esta innovadora solución, pasando por distintas etapas del concurso.

El proceso incluyó la participación en el programa «Design Thinking», donde los estudiantes fueron ajustando y mejorando su propuesta. La aplicación de esta metodología permitió identificar oportunidades de mejora, como la incorporación de un botón de pánico para situaciones específicas.

«Ya tenemos ideas para el futuro, como añadir un sistema de estadísticas que registre la cantidad de veces que se enciende cada luz. Los profesores podrán analizar qué tan efectivo es el dispositivo viendo cómo varían las luces a lo largo del tiempo», expresó Benjamín Labra.

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