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¿Por qué las personas no sonreían en las fotografías antiguas?

A pesar de lo que podrían sugerir las capturas, en el pasado no se era necesariamente más pesimista que hoy.

¿Por qué las personas no sonreían en las fotografías antiguas?

¿Por qué las personas no sonreían en las fotografías antiguas? / Getty Images

Hoy en día, tomar fotografías está al alcance de todos; basta con sacar el teléfono del bolsillo para capturar un momento que quedará registrado para la posteridad. Sin embargo, a finales de la década de 1820, cuando se realizaron las primeras capturas, acceder a ellas era mucho menos común.

Claro que otra cosa que también era poco usual es que las personas aparecieran sonriendo en los retratos. De hecho, recién en la década de 1920 y 1930 se pudieron apreciar los primeros signos de aparente alegría en las expresiones de quienes se situaban frente al lente de las aparatosas máquinas.

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Pero, ¿por qué ocurría todo esto? Hay más de una explicación.

Según indica la revista Time, los expertos sugieren que la razón principal por la cual las primeras fotografías no mostraban sonrisas radica en que la fotografía comenzó imitando las convenciones de la pintura, un arte en el que, en ese entonces, el signo era visto por muchos como algo inapropiado o vulgar para los retratos formales.

La explicación va incluso más lejos: mostrar los dientes de esa manera podía asociarse con la locura, la lascivia, la embriaguez y otros estados emocionales considerados “indecorosos”.

Además, los retratos solían reflejar un entorno elegante, y el simple hecho de optar por una fotografía podía representar un gasto considerable. Después de todo, esa imagen podría ser la única que se tuviera de una persona.

La gente del pasado no era necesariamente más pesimista que nosotros. No vivían en un estado perpetuo de tristeza, aunque se les podría personar que lo hicieran en un mundo con tasas de mortalidad mucho más altas que en Occidente hoy en día, y con una medicina que era realmente insignificante para nuestros estándares”, aseguró The Guardian.

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Un factor que también habría sido determinante fue el hecho de que no se trataba de una foto instantánea, ya que se requería un mayor tiempo de exposición y resultaba más cómodo conservar la expresión seria.

Sin embargo, Time sostiene que la tecnología ha sido sobrevalorada como un factor limitante. Hacia 1850-1860, y con las condiciones adecuadas, el proceso de captura se volvió más rápido. De esta manera, la posibilidad de inmortalizar un momento fugaz estuvo disponible mucho antes de que las sonrisas se hicieran comunes frente a la cámara.

“Esas personas serias probablemente se divirtieron tanto como nosotros, si no más. Pero no sentían la necesidad de demostrarlo con fotos”, postuló el medio europeo.

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