Ley Uber en Chile: este es el curso de $300 mil que será obligatorio para conductores de aplicación
El trámite apunta a una mayor seguridad y capacitación de los conductores.

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Luego de casi dos años desde su aprobación, la Ley 21.553, conocida como la ‘Ley Uber’, está a punto de entrar en vigencia a nivel nacional. Esto, tras la aprobación del tercer y último reglamento por parte de la Contraloría General de la República, lo que permite avanzar hacia su implementación definitiva.
La normativa, que regula a las Empresas de Aplicación de Transporte (EAT), impactará directamente a plataformas como DiDi, Cabify, InDrive y el propio Uber entre otras.
Ahora solo falta su publicación en el Diario Oficial, tras lo cual comenzará a regir 30 días después en todo el país.
Entre los cambios más relevantes, se establece que los conductores deberán contar obligatoriamente con la licencia de conducir clase A2, actualmente exigida a los taxistas.
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Para acceder a esta licencia, los postulantes deberán cumplir con una serie de requisitos: tener al menos 20 años, contar con una licencia clase B con una antigüedad mínima de dos años, presentar cédula de identidad vigente, y obtener la hoja de vida del conductor a través del sitio web del Registro Civil.
Además, será obligatorio aprobar un curso especializado dictado por escuelas de conducción autorizadas por los municipios. Asimismo, se debe tener en cuenta que este curso no es gratuito.
Según indicó el Automóvil Club de Chile, “el valor del curso ronda entre los $200 mil y $300 mil, dependiendo de la escuela”.
El curso tiene una duración cercana a las 130 horas, repartidas en aproximadamente dos meses de clases.
Condiciones para los vehículos
Los automóviles inscritos para operar con estas aplicaciones también deberán cumplir con nuevos requisitos técnicos. Entre ellos: tener permiso de circulación, revisión técnica al día, SOAP vigente, y portar un sticker con código QR visible en el parabrisas.
Asimismo, los vehículos deberán contar con una cilindrada mínima de 1.4 litros (o 70 kW en el caso de los eléctricos), dos corridas de asientos, alza vidrios, cierre centralizado y no presentar modificaciones.
En cuanto a la antigüedad, el auto no podrá tener más de un año al momento de su primera inscripción. En caso de reemplazo, se aceptarán vehículos con hasta tres años de antigüedad.
La normativa también establece un límite de uso: los vehículos inscritos podrán operar hasta alcanzar una antigüedad máxima de 12 años.
Por último, las empresas de transporte por aplicación deberán contar con un seguro adicional de al menos 500 UF, destinado a cubrir eventuales responsabilidades civiles y pérdida total.