Durante las últimas horas se dio a conocer una gran notica que remeció al mundo, sobre todo a la comunidad científica y el mundo ligado a la zoología. Y es que una empresa de biotecnología logró un hito dando un paso gigantesco hacia la desextinción. Esto, debido a que nacieron dos ejemplares de una raza que ya no habitaba en la Tierra. Se trata de los lobos terribles o gigantes, conocidos popularmente también como ’huargo‘. Esto, gracias a la cultura pop, que planteó su nombre derivado de la serie Game of Thrones. Hay que recordar que, en la vida real, esta especie de lobos se extinguió hace aproximadamente 13.000 años, por lo que su regreso es un verdadero remezón en varios ámbitos. Los responsables son los investigadores de Colossal Biosciences, una compañía que asegura haber logrado crear “copias funcionales” del lobo gigante. Según explicaron, este suceso fue posible gracias a la edición genética de lobos grises para que presentaran rasgos propios del extinto Canis dirus. Beth Shapiro, directora científica de Colossal, describió el nacimiento de los animales como el primer caso exitoso de desextinción. “Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”. Los tres lobos fueron nombrados Rómulo y Remo (dos machos de seis meses) y una hembra de dos meses, Khaleesi que ha sido menos expuesta en las redes. Estos pequeños sueron gestados en madres sustitutas y actualmente viven en una instalación privada en el norte de Estados Unidos. Respecto a sus características principales, son más grandes que un lobo gris promedio, tienen pelaje pálido y denso, colas tupidas y una melena prominente alrededor del cuello. Desde su fundación en 2021, Colossal ha buscado revivir especies extintas como el mamut lanudo y el dodo. Sin embargo, los desafíos técnicos de trabajar con elefantes y aves llevaron a los científicos a enfocarse en una especie más cercana: el lobo gigante, emparentado con perros y lobos actuales. “Fue la forma más sencilla de obtener un resultado predecible”, explicó Shapiro, quien ya en 2021 formó parte del equipo que logró recuperar fragmentos de ADN del lobo gigante a partir de fósiles. El verdadero avance llegó cuando el equipo aisló material genético de calidad en un diente de 13.000 años hallado en Ohio y un cráneo de 72.000 años encontrado en Idaho. Esto les permitió identificar al menos 80 genes que diferenciaban a los lobos gigantes de los grises. Veinte de ellos fueron seleccionados para replicar el tamaño y pelaje característicos de la especie extinta. Los científicos cultivaron células sanguíneas de lobos grises, modificaron su ADN y crearon embriones que fueron implantados en perros de gran tamaño. Aunque la mayoría de los embriones no prosperaron, cuatro cachorros lograron nacer. Uno murió a los diez días por una ruptura intestinal no relacionada con las mutaciones. Para evitar problemas de salud, los investigadores optaron por introducir versiones seguras de cinco genes originalmente ligados a sordera y ceguera, seleccionando variantes presentes en otras especies caninas sin efectos negativos. “Es una línea muy fina”, comentó Shapiro. “Se busca resucitar estos fenotipos, pero no se quiere hacer algo que sea perjudicial para el animal”. Aunque los nuevos animales portan genes del lobo gigante, algunos científicos se mantienen escépticos. Adam Boyko, genetista de la Universidad de Cornell, elogió el logro pero no lo consideró una verdadera resurrección. “Es emocionante poder crear versiones funcionales de especies extintas”, dijo. Sin embargo, argumentó que los lobos criados en cautiverio, con dieta moderna y sin experiencia de manada, no son representativos del lobo huargo real. “Podrían ser 20 genes, o 2000”, señaló, sugiriendo que aún falta mucho por entender sobre la biología de los lobos gigantes. Colossal espera aplicar su tecnología en la conservación de especies en peligro crítico, como el lobo rojo, cuya población se limita a Carolina del Norte. En paralelo, la empresa ya ha clonado híbridos de lobo rojo y coyote, lo que podría reforzar la diversidad genética de la especie. Además, ha comenzado a colaborar con comunidades indígenas. La Nación MHA de Dakota del Norte expresó su apoyo simbólico al proyecto: “Su presencia nos recordaría nuestra responsabilidad como guardianes de la Tierra”, afirmó el presidente tribal Mark Fox. Sin embargo, soltar lobos con ADN de huargo en libertad significaría enfrentarse a un mundo muy distinto al de la Edad de Hielo. Las grandes presas que cazaban están extintas o son escasas, y deberían competir con lobos grises, además de enfrentar amenazas actuales como la caza. Por ahora, Rómulo, Remo y Khaleesi seguirán creciendo bajo vigilancia científica. “Me encantaría conocer el comportamiento natural de un lobo gigante”, reflexionó Shapiro. “Pero, en esencia, viven como un lobo en un hotel de lujo. No pueden clavarse una astilla sin que nos enteremos”.