Qué es la misokinesia: el fenómeno que podría afectar a dos de cada tres personas
El fenómeno fue analizado por científicos de la Universidad de Columbia Británica, quienes proponen que las neuronas espejo podrían estar detrás del trastorno.

A depressed mature male sits on his bed. He clasps his hand behind his head / Justin Paget
Un fenómeno psicológico cada vez más estudiado podría explicar por qué ciertos movimientos repetitivos, como mover una pierna o tamborilear con los dedos, generan incomodidad extrema en algunas personas. Se trata de la misokinesia, una reacción emocional negativa al observar conductas nerviosas en otros, y afecta a cerca del 30% de la población.
Detectada en el contexto de la misofonía —aversión a ciertos sonidos repetitivos—, la misokinesia comparte características similares, pero con un enfoque netamente visual. Según una investigación liderada por el psicólogo Sumeet Jaswal y publicada en Scientific Reports, este fenómeno ha sido reportado por una de cada tres personas que participaron en un estudio de más de 4.100 voluntarios.
“El estudio demuestra que la sensibilidad a los movimientos nerviosos ajenos no está restringida a personas con diagnósticos clínicos, sino que se trata de una experiencia social común y subestimada”, afirmaron los autores. Entre los síntomas asociados, los participantes reportaron ansiedad, irritación e incluso evitación de situaciones sociales.
Más información

Aunque los motivos exactos de este fenómeno aún no están claros, el equipo liderado por Jaswal y el neurocientífico Todd Handy propuso algunas teorías. Una de ellas sugiere que las neuronas espejo —encargadas de activar respuestas empáticas al observar acciones ajenas— podrían estar sobreactivadas en personas con misokinesia. Así, ver a alguien moverse de forma nerviosa podría generar una respuesta de ansiedad reflejada en el observador.
“Una de las razones por las que las personas se inquietan es porque están ansiosas o nerviosas. Entonces, quienes sufren de misokinesia pueden absorber inconscientemente ese estado emocional”, explicó Jaswal.
Un estudio de seguimiento realizado en 2024, con una muestra más pequeña, sugiere además que el problema podría no ser la distracción inicial, sino la dificultad para desconectarse del estímulo una vez detectado.
Si bien la misokinesia aún es poco conocida en el ámbito médico, su creciente reconocimiento podría abrir nuevas vías de estudio sobre cómo ciertas formas de empatía visual afectan nuestro bienestar mental.
“Quienes sufren de misokinesia no están solos”, aseguró Handy. “Su desafío es común y real”.