“Me cansé de que todo girara en torno a mi cuerpo”: Qué fue del Pequeño Hércules, el ex niño más fuerte del mundo
Así luce y vive en la actualidad, la ex promesa del fisicoculturismo.
El pequeño niño de nacionalidad ucraniana conocido a finales de los 90 e inicios de los 2000, como el niño más fuerte del mundo, Richard Sandrak actualmente tiene 32 años y no se siente cómodo al referirse a su infancia.
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El joven que emigró junto a su familia a los estados unidos fue toda una sensación, participando en múltiples programas de culturismo, conociendo múltiples figuras del mundo del espectáculo, incluso protagonizó una película titulada “Pequeño Tarzán”, sin embargo, el éxito detrás del niño, estaba manchado de múltiples exigencias a una muy temprana edad.
Ahora adulto, en conversaciones con el medio inglés Metro, reflexionó sobre su prematuro paso por el mundo del fisicoculturismo, refiriéndose a la etapa como una experiencia traumática que estuvo marcada por los intensos ejercicios y exigencias de su entrenador, que también era su padre.
Régimen de entrenamiento de Sandrak
Durante su infancia, fue sometido a un régimen deportivo extremo y abusivo por Pavel Sandrak, quien lo obligaba a entrenar hasta “ocho horas al día” además de imponerle una dieta estricta. Situación que lo llevó a desarrollar un físico antinatural con niveles peligrosamente bajos de grasa corporal.
“Mi padre solía tener ataques de ira, y lo que empezaba como un entrenamiento normal terminaba conmigo haciendo una triple patada dividida durante 12 horas”, recordó.
La situación cambió en 2003, cuando su entrenador fue encarcelado y deportado a Ucrania tras un violento ataque contra su madre.
Situación que derivó a que Sandrak abandonara el levantamiento de pesas a los 16 años y se dedicara a otros deportes en su adolescencia que también estuvo marcada por controversias y el consumo de alcohol.
¿Qué es de Richard Sandrak en la actualidad?
Según reportes del New York Post, la exestrella infantil en la actualidad lleva una vida fuera de los reflectores. Es gerente de una tienda minorista en Los Ángeles, tiene una vida tranquila junto a su novia abogada, y viven juntos con sus dos gatos, Miko y Mushu.
Si bien Sandrak dejo totalmente atrás su etapa en el culturismo, no ha renunciado por completo al mundo del fitness. De hecho, está contemplando la posibilidad de dedicarse profesionalmente como entrenador personal o nutricionista.
Al reflexionar sobre su pasado, también comentó: “Cuando repaso todo lo que he vivido, siento que estoy observando la vida de alguien más”, agregando, “y diría que, en general, estoy contento con la persona que soy hoy”.
Respecto a su relación con su padre, mencionó que no lo ha visto desde que fue deportado y que no tiene interés en restablecer contacto con él. “Siempre llevaré ese resentimiento, muchos dicen que hay que perdonar y olvidar, tal vez pueda llegar a perdonar, pero nunca olvidaré”.
