Experto en crimen organizado: “La gente quiere justicia y seguridad, pero la pena de muerte en Chile es inviable en el corto plazo”
Sergio Bravo, plantea que el enfoque debe centrarse en soluciones efectivas y aplicables de inmediato.

En medio del creciente debate sobre la seguridad pública, la reciente declaración de una candidata presidencial a favor de restablecer la pena de muerte ha reavivado una discusión que, más allá de lo emocional, debe abordarse con pragmatismo.
El experto en seguridad y crimen organizado, Sergio Bravo, plantea que el enfoque debe centrarse en soluciones efectivas y aplicables de inmediato, en lugar de discursos simbólicos que no tienen viabilidad política ni legal.
“La gente quiere justicia y seguridad, pero la pena de muerte en Chile es inviable en el corto plazo. Nuestra Constitución prohíbe su aplicación en tiempos de paz y, además, Chile es parte del Pacto de San José de Costa Rica, que impide su restablecimiento. Cambiar esto tomaría años y no resolvería los problemas de seguridad que vivimos hoy”, señala Bravo.
Estadísticas alarmantes de criminalidad en Chile
Entre enero y septiembre de 2024, cerca de 29,000 menores de edad fueron consignados como infractores de la ley, lo que representa un aumento del 12.7% en comparación con el mismo período del año anterior. La situación de seguridad en Chile es preocupante. E. Este incremento destaca las profundas dificultades sociales, políticas y económicas que enfrentan los jóvenes, quienes a menudo se ven atraídos por el crimen debido a la deserción escolar y la falta de oportunidades laborales formales.
Además, la percepción de inseguridad es alta; un 87.6% de la población siente que la delincuencia ha aumentado en el país.
La seguridad es integral y multifactorial
Bravo enfatiza que enfrentar la delincuencia no se reduce a una sola medida extrema, sino que requiere un conjunto de acciones que aborden el problema desde múltiples frentes.
Un ejemplo reciente es El Salvador, donde el gobierno ha implementado un régimen de excepción para combatir a las pandillas, logrando una reducción significativa de homicidios. Sin embargo, esta estrategia ha generado críticas por su impacto en derechos fundamentales y libertades individuales.
“El punto no es copiar modelos extranjeros, sino entender qué herramientas podemos aplicar en Chile de manera realista y efectiva”, enfatiza Bravo.
Soluciones concretas para Chile
En lugar de medidas simbólicas, Bravo propone un enfoque inmediato y contundente contra la delincuencia, basado en tres pilares:
1. Persecución real del crimen organizado con inteligencia criminal y herramientas modernas como el comiso sin condena previa, golpeando las finanzas de las bandas criminales.
2. Expulsión efectiva de delincuentes extranjeros, cerrando vacíos legales que han permitido su permanencia en el país.
3. Endurecimiento de penas y fortalecimiento del sistema carcelario, evitando beneficios a criminales de alta peligrosidad.
“No caemos en promesas imposibles. Chile merece soluciones concretas, no más debates. La seguridad es integral y multifactorial, y debemos actuar en todos los frentes con medidas que sí se pueden aplicar ahora”, concluye Bravo.
El debate sobre la pena de muerte seguirá, pero la pregunta clave es: ¿Los chilenos prefieren un discurso simbólico o medidas efectivas contra el crimen?