A menos de 1 hora de Santiago: el único lugar donde se pueden ver capibaras en Chile
Se trata del animal de moda.

Los capibaras, también conocidos como caprinchos, han sido los protagonistas de la atención en las personas debido a su ternura. Su popularidad en redes sociales como TikTok ha despertado la curiosidad de verlos personalmente.
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Aunque el simpático roedor habita en Argentina, Brasil y Perú; su presencia en Chile es más bien rara, teniendo en cuenta las barreras naturales como la Cordillera de los Andes y la falta de humedales tropicales.
En nuestro país solo se encuentran en cautiverio en Zoológicos con las condiciones adecuadas para su bienestar. Su tenencia está regulada por normas que prohíben la posesión de fauna silvestre. Además, presentan necesidades muy específicas que dificultan su tenencia doméstica.
Nicolás Escobar, director de la Carrera de Medicina Veterinaria de UDLA sede Viña del Mar, explica que “los capibaras requieren amplios espacios, acceso constante a cuerpos de agua para nadar y una dieta rica en vegetación fresca. Su tamaño y comportamiento no son compatibles con la vida en un hogar convencional”, detalla.
Dónde ver capibaras en Chile
El Bioparque Buin Zoo, en la comuna de Buin, Región Metropolitana, es el único lugar en territorio nacional en el que se puede disfrutar de estos adorables animales.
En diciembre de 2024, llegaron cuatro capibaras bebés al parque y, tras cumplir con el periodo de cuarentena, ya se encuentran disponibles para recibir visitas.
Cabe destacar que en su hábitat natural pueden vivir entre 6 y 10 años, aunque en cautiverio su longevidad puede extenderse hasta los 12 años.
Aunque suelen ser tranquilos, siguen siendo animales silvestres, por lo que es importante seguir algunas recomendaciones:
- Mantener distancia: ante un encuentro con capibaras en su hábitat natural, es fundamental no acercarse demasiado, especialmente si hay crías.
- Observar su lenguaje corporal: si muestra signos de estrés (sonidos de alerta, movimientos bruscos, erizamiento del pelaje, “gruñidos” o chasquidos), lo mejor es retroceder.
- Evitar alimentarlos: puede alterar su comportamiento natural y generar dependencia o agresividad.
- No ingresar a su territorio: si están en el agua o cerca de su madriguera, es importante no meterse de forma invasiva, pues pueden reaccionar para protegerse.