Se aloja en el hígado y tiene cura: esta es la enfermedad que se confunde con el Alzheimer y el Parkinson
El deterioro cognitivo causado por el hígado puede tratarse y revertirse con cambios en la dieta y medicamentos específicos.

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Una persona comienza a sentirse cansada, confundida y desorientada. A primera vista, estos síntomas podrían sugerir un problema neurológico como demencia o incluso Parkinson. Sin embargo, para un número considerable de pacientes, la causa no está en el cerebro, sino en el hígado.
La encefalopatía hepática es una afección que se produce cuando este órgano deja de filtrar correctamente sustancias tóxicas en el cuerpo, lo que provoca una intoxicación del sistema nervioso. Aunque es poco conocida, su incidencia podría aumentar en los próximos años debido al crecimiento de enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes y el consumo excesivo de alcohol.


Lo positivo es que, a diferencia de otras formas de deterioro cognitivo, sus síntomas pueden revertirse con tratamiento adecuado.
Más común de lo que se pensaba
Un estudio publicado en The American Journal of Medicine reveló que la encefalopatía hepática podría estar subdiagnosticada en personas con problemas de memoria y atención.
Investigadores de la Virginia Commonwealth University analizaron datos de 68.807 pacientes con diagnóstico de demencia, encontrando que 12,8% de ellos presentaban indicadores de cirrosis hepática, una de las principales causas de encefalopatía hepática, publica BBC Mundo.
El hepatólogo Raymundo Paraná, de la Universidad Federal de Bahía, explica que el hígado es clave para eliminar elementos tóxicos del cuerpo. Cuando este órgano falla, sustancias como el amoníaco se acumulan en la sangre y llegan al cerebro, afectando la atención, el razonamiento y la memoria.
“Más de la mitad de los pacientes con cirrosis desarrollan algún tipo de encefalopatía hepática”, advierte el doctor Jasmohan Bajaj, autor del estudio. De hecho, él mismo ha seguido casos en los que personas diagnosticadas con Alzheimer o Parkinson en realidad sufrían una intoxicación cerebral reversible por problemas hepáticos.
Síntomas y diagnóstico
El especialista explica que los síntomas pueden ser sutiles o graves, lo que complica su diagnóstico. En casos avanzados, los pacientes presentan letargo, confusión mental, alteraciones en el sueño, pérdida del control de esfínteres y temblores en las manos.
Por otro lado, en etapas tempranas, la afección puede generar pequeños olvidos, fatiga y cambios en la conducta, lo que aumenta el riesgo de confundirla con demencia neurodegenerativa.
Según la neuróloga Sonia Brucki, del Hospital de Clínicas de Sao Paulo, la diferencia clave es que la encefalopatía hepática tiene una evolución rápida, mientras que la demencia clásica progresa lentamente afectando funciones como memoria, lenguaje y razonamiento.
Para confirmar la sospecha, se recomienda realizar pruebas de función hepática (FIB-4), un electroencefalograma y estudios de imagen que evalúen la acumulación de toxinas en el sistema nervioso.
Cómo revertir el deterioro cognitivo
A diferencia de otras enfermedades neurológicas, la encefalopatía hepática puede tratarse y revertirse. El objetivo del tratamiento es evitar que las sustancias tóxicas lleguen al cerebro.
Entre las estrategias más eficaces se incluyen:
- Evitar el estreñimiento, ya que favorece la producción de amoníaco en el intestino. Para ello, se recomienda el uso de laxantes como lactulosa, que ayuda a eliminar toxinas en las heces.
- Uso de antibióticos específicos como la rifaximina, que reduce la producción de amoníaco en el sistema digestivo.
- Ajuste de medicamentos: algunos fármacos, como los diuréticos para la hipertensión, pueden aumentar la producción de amoníaco y agravar los síntomas.
- Dieta baja en proteínas en ciertos casos, para evitar la acumulación de sustancias tóxicas.
Los especialistas advierten que muchos pacientes con esta condición son diagnosticados erróneamente con enfermedades neurológicas irreversibles, cuando en realidad su deterioro cognitivo podría haberse revertido con un diagnóstico adecuado.
Un problema en aumento
El envejecimiento de la población y el crecimiento de enfermedades metabólicas están aumentando la incidencia de afecciones hepáticas. Según Paraná, muchas personas desconocen que tienen cirrosis hasta que presentan síntomas avanzados.
“El abuso de alcohol, la obesidad, el síndrome metabólico y el uso inadecuado de medicamentos pueden generar daño hepático sin que el paciente lo sepa”, explica el experto.
Por esta razón, los especialistas recomiendan que cualquier persona con problemas de memoria y atención se realice un análisis de sangre y una ecografía hepática, para descartar enfermedades que podrían estar afectando la función cerebral.