IMÁGENES. “Misión Imposible”: Tom Cruise lleva su límite al extremo una vez más
El actor sigue realizando acciones arriesgadas para la grabación de la saga.

Tom Cruise ha demostrado una y otra vez su valentía, entrega y dedicación en cada una de sus películas, sobre todo cuando se trata de acciones de alto riesgo.
Desde aferrarse a un biplano en pleno vuelo hasta lanzarse en moto desde un acantilado o escalar los edificios más altos del mundo, el actor ha llevado la acción a otro nivel en la saga Misión: Imposible.
Ahora, en The Final Reckoning, la octava y última entrega de la franquicia, tampoco se quedó atrás e incluso ha ido aún más lejos si hablamos de peligros reales.
Además de la impresionante secuencia aérea con un biplano, el filme dirigido por Christopher McQuarrie incluye una escena de alto riesgo en la que Ethan Hunt se sumerge en el agua.
Explorando los restos del submarino Sevastopol, visto en la película anterior, el protagonista se embarca en un enfrentamiento acuático con sus enemigos.


Esta performance frenética fue rodada en un tanque de 8.5 millones de litros con un sistema de giro controlado.
Para esta secuencia, Cruise usó un traje y una máscara diseñados especialmente, con un casco iluminado para que el público pudiera ver claramente que era él quien realizaba la escena.
Sin embargo, el equipo solo podía ser utilizado por 10 minutos debido al riesgo de hipoxia, la falta de oxígeno en los tejidos del cuerpo.
“Estoy respirando mi propio dióxido de carbono”, explicó el actor en conversación con Empire, quienes entregaron detalles y compartieron imágenes.
“Se acumula en el cuerpo y afecta los músculos”, añadió. A pesar de las dificultades físicas, también fue un reto interpretativo. “Tienes que superar todo eso mientras lo haces y estar presente”.
Un desafío para el filme
El rodaje de esta secuencia no solo fue extenuante para Tom, sino que supuso un desafío técnico para McQuarrie y su equipo.
“Fue tan desafiante como aterrador”, con
fesó el director. Además del desgaste físico para el actor, lograr que la escena fuera comprensible visualmente y segura para el equipo fue una tarea titánica.
“Está en una estructura giratoria llena de escombros, y había que encontrar la manera de hacer que ese entorno se viera lo más caótico y desquiciado posible”, explicó McQuarrie.