Exdeportista chileno paralímpico hace historia tras llegar a la cumbre más alta de América: “Sin prótesis, con dos bastones”
A sus 34 años, el montañista Julio Soto Ugalde logró conquistar la cumbre que posee el índice de mortalidad más alto en Sudamérica.
Julio Soto Ugalde
El exdeportista paralímpico, Julio Soto Ugalde, actualmente destacado por sus hazañas como montañista, recientemente, logró llegar a la cumbre del Monte Aconcagua, el más alto de América con 6.961 metros de altitud, marcando un hito mundial para el andinismo.
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Este hito se consiguió con fecha del pasado jueves 16 de enero a las 14:30 horas, finalizando su proyecto personal “Montaña sin Límites: Al Aconcagua en 3 huellas”, aventura que comenzó en el Volcán Osorno, luego el Volcán Lonquimay, Llaima, Cerro Pintor, Cerro el Plomo y Volcán Ojos del Salado en diciembre de 2024, para finalizar con la cumbre más alta de América: el Aconcagua.
El mérito del deportista nacional es un nuevo logro sin precedentes para Chile y el montañismo mundial, ya que Soto se transforma en el primer deportista en ascender la cumbre del Aconcagua, finalizando el trayecto al 100% solamente caminando, sin prótesis, con dos botones adaptados y en un periodo de tan solo ocho días.
“Entiendo que soy el primer amputado en subir el ‘Coloso de América’ en este formato: sin prótesis, con dos bastones, caminado el 100% de la ruta y en un plazo de solo ocho días desde la entrada al parque hasta su cumbre”, señaló.
Sobre el hito, el exdeportista paralímpico dijo que “esta información nos la confirmaron en la administración del Aconcagua, como también diferentes guías que operan por años en este parque y a agencias de turismo que prestan diferentes servicios logísticos”.
¿Cómo inició esta aventura?
Esta aventura comenzó en noviembre de 2023, cuando Alejandro Calvo, fundador de la Corporación América 6000 y colaborador de la Fundación Niño y Cáncer, le propuso a Julio emprender la odisea de llegar a la cumbre del Aconcagua.
Para enfrentar este desafío, fueron necesarios meses de preparación física integral, subiendo diversos cerros y volcanes de Chile, con altitudes y niveles de dificultad variables, para fortalecer la resistencia y aclimatarse a las condiciones extremas de la montaña. Cada ascenso representó un paso más hacia el objetivo final, conquistar la cumbre del Aconcagua con la mejor preparación aeróbica, muscular y de aclimatación posible.
Cabe recalcar que el Aconcagua posee el índice de mortalidad más alto en Sudamérica (aproximadamente tres fallecimientos por año).
