Para el asado: ¿Cómo elegir la mejor carne de vacuno?

El asado es una tradición profundamente arraigada en la cultura gastronómica chilena, y su éxito depende en gran parte de la elección de las carnes adecuadas.

Entre los cortes más populares y versátiles destaca el lomo liso. Este corte, conocido por su equilibrio entre grasa y carne magra, es ideal para quienes buscan una textura tierna y un sabor pronunciado. Pero, ¿cómo identificar un buen corte de vacuno en la carnicería o supermercado?

Fíjate en la frescura y el color

El primer aspecto a evaluar al elegir vacuno es su frescura. Una pieza fresca debe tener un color rojo brillante, mientras que las vetas de grasa deben ser blancas o ligeramente amarillas. Evita las piezas que presenten un tono marrón oscuro o grisáceo, ya que podrían ser indicativo de un producto que ha estado demasiado tiempo almacenado.

Además, presta atención al olor: la carne de vacuno fresca tiene un aroma leve y característico, nunca desagradable o intenso. Si el corte viene envasado al vacío, es normal que tenga un olor fuerte al abrirlo, pero este debería disiparse rápidamente.

Elige el corte adecuado según el tipo de cocción

Cada corte de vacuno tiene propiedades únicas que lo hacen más adecuado para ciertos tipos de cocción. Por ejemplo, cortes como el lomo liso o el lomo vetado son ideales para cocinar a la parrilla, gracias a su equilibrio de grasa que aporta jugosidad y sabor al asado.

Por otro lado, cortes como la punta de ganso o la sobrecostilla, con mayor cantidad de tejido conectivo, son perfectos para cocciones más lentas o al horno, donde el calor prolongado ayuda a descomponer estas fibras y lograr una textura tierna y sabrosa.

Si estás buscando cortes económicos, la plateada o el asado de tira son opciones excelentes que ofrecen gran sabor cuando se cocinan adecuadamente.

La importancia del marmoleo

El marmoleo, esas pequeñas vetas de grasa intramuscular visibles en la carne, es un indicador clave de calidad. Este tipo de grasa se derrite durante la cocción, impregnando el corte de sabor y jugosidad. Los cortes con un buen nivel de marmoleo, como el lomo liso, suelen ser más tiernos y sabrosos.

Sin embargo, si prefieres opciones más magras, como el filete, que contiene menos grasa, asegúrate de no cocinarlo más de lo necesario para evitar que se vuelva seco o duro.

Considera la procedencia y el etiquetado

La calidad de la carne de vacuno también está relacionada con su procedencia. Busca productos de origen confiable, preferiblemente con certificaciones que aseguren buenas prácticas en la crianza y el procesamiento de los animales. En muchos supermercados y carnicerías locales, se pueden encontrar carnes de productores nacionales que destacan por su calidad y frescura.

Además, revisa el etiquetado. Este debe incluir información sobre el tipo de corte, la fecha de envasado y la de vencimiento. En algunos casos, también se especifica si la carne es de animales alimentados con pasto o granos, lo que puede influir en el sabor y la textura.

Con un poco de atención y práctica, seleccionar las mejores carnes para el asado se convertirá en una habilidad que hará de cada reunión una experiencia inolvidable. ¡A disfrutar de la parrilla!