“Uno se siente más querido”: Edificio lleva 30 años regalando cenas de fin de año a todos sus trabajadores
El inmueble, ubicado en la comuna de Las Condes, tiene amplia planta de empleados, quienes reciben varios beneficios a raíz de la Navidad y el último de los 365 días.
“Uno se siente más querido”: Edificio lleva 30 años regalando cenas de fin de año a todos sus trabajadores / Bogdan Kurylo
En un edificio ubicado en Las Condes, la tradición de celebrar y reconocer a sus trabajadores durante las festividades de fin de año se ha mantenido viva por más de 30 años. Los vecinos organizan una cena especial, donde los empleados solo deben disfrutar del evento, dejando de lado cualquier responsabilidad.
El edificio, que cuenta con 52 departamentos, incluye en estas celebraciones a conserjes, mayordomos, auxiliares y otros colaboradores.
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En ocasiones, la cena se realiza en restaurantes, pero otras veces se lleva a cabo en el quincho del mismo recinto. Allí, los residentes se encargan de preparar todo, permitiendo que los trabajadores disfruten de un momento de relajación y convivencia.
Alejandro Loaiza, conserje de 65 años con más de tres décadas trabajando en este edificio, explicó que este año celebraron en un tenedor libre debido a reparaciones en el quincho. “Las hacíamos en distintos restaurantes, pero hace unos cuatro o cinco años lo hacemos en el quincho. La comunidad nos quiere mucho”, comentó a LUN.
“Hay gente que lleva trabajando muchos años acá y hay un reconocimiento. Nos llevamos todos súper bien. Tenemos mucha confianza entre todos los que trabajamos en este edificio”, añadió.
Los empleados del edificio reciben obsequios
Además de la cena, los trabajadores reciben numerosos regalos. Loaiza detalló: “El árbol de Navidad está lleno de regalos. Deben ser unos 40 regalos que se lleva cada trabajador todos los años. De todo: para el hogar, como copas, vasos o toallas”.
“Y de uso personal, nos regalan poleras, cinturones o un trago que le guste a uno. También hay gente que nos da un sobre con plata, ya que no tienen tiempo de andar comprando”, complementó.
Por su parte, Rodrigo Suazo, otro conserje de 49 años que lleva cinco años trabajando en el edificio, destacó la organización del evento. “El edificio nos invitó el miércoles pasado a un tenedor libre que queda por acá cerca. Éramos como diez o 12 personas, incluyendo a los miembros del comité. Ese día nadie trabajó: se contrató a personal part time para que cubriera el turno”, señaló.
Sobre los regalos, Suazo añadió: “La gente baja al hall central y deja los regalitos en el árbol con el nombre de cada trabajador. Hay algunos que reciben más y otros que reciben menos. Pero también hay residentes que se acercan a uno y le da un sobre con algo de dinero. Es como una especie de aguinaldo que se nos suma a fin de año”.
Ambos trabajadores coinciden en que estas acciones refuerzan el compromiso y los lazos con la comunidad. “Uno se siente más querido. Me siento bien cuando repiten este tipo de gestos: realmente estas acciones reconocen el trabajo de uno”, concluyó Suazo.