Este martes, en el marco de la duodécima jornada de las Eliminatorias al Mundial 2026, implementará una inédita medida para el partido que disputarán Brasil y Uruguay en el estadio Arena Fonte Nova de Bahía.
Por primera vez en la historia de las Clasificatorias, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) aplicará un protocolo antirracista, con el objetivo erradicar actos discriminatorios de los estadios sudamericanos.
Esta iniciativa permitirá a los futbolistas denunciar actos racistas en medio el partido cruzando los brazos a la altura de las muñecas. Al recibir este gesto, el árbitro del encuentro deberá interrumpir el juego inmediatamente.
Si el comportamiento racista persiste, los protagonistas abandonarán el campo de juego. En el caso de estos actos continúen, el juez tendrá la potestad de suspender el partido definitivamente.
“Cuando entré en el Consejo de la FIFA en marzo del año pasado, anuncié que la lucha contra los racistas sería una de mis prioridades en la organización. A partir de ahora, el gesto se adoptará en todos los partidos de nuestro país. El racismo es un delito que afecta al alma”, afirmó el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues.
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