Esta sería la clave para aumentar tu expectativa de vida entre 5 y 10 años, de acuerdo a un estudio internacional
Descubre cómo un simple cambio en tu rutina diaria puede añadir hasta 10 años a tu vida.
Un reciente estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine ha revelado que aumentar nuestros niveles de actividad física podría agregar entre 5 y 10 años a nuestra expectativa de vida.
Este hallazgo tiene un impacto significativo, ya que, según los investigadores, el nivel de inactividad física en la población de los Estados Unidos podría ser tan perjudicial para la salud como el tabaquismo.
Actividad física y longevidad
La investigación, liderada por el Dr. Lennert Veerman, profesor en la Universidad Griffith de Australia, analizó los efectos de la actividad física sobre la longevidad, utilizando datos obtenidos mediante acelerómetros.
Los resultados de este estudio confirman que un estilo de vida más activo puede reducir considerablemente el riesgo de muerte prematura. Según los cálculos, aquellos que se encuentran en el 25% más activo de la población estadounidense tienen una expectativa de vida mucho mayor que los que se encuentran en el 25% más inactivo.
En particular, los hombres y mujeres del grupo más inactivo podrían perder hasta 5.8 años de vida, mientras que aquellos que logran alcanzar el nivel de actividad del grupo más activo podrían sumar hasta 5.3 años adicionales.
El estudio se centró en personas mayores de 40 años, ya que la relación entre la actividad física y la mortalidad es más clara en esta franja etaria. También indicó que si las personas más inactivas aumentaran su actividad en 111 minutos diarios, podrían añadir hasta 11 años a su vida.
Según los investigadores, la actividad física reduce significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades graves como enfermedades cardíacas, diabetes, accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer, lo que a su vez prolonga la vida.
¿Cómo aumentar tu actividad diaria?
El estudio muestra que no es necesario hacer ejercicio intenso para obtener beneficios significativos. Las actividades cotidianas, como caminar más, tomar las escaleras o realizar tareas domésticas, también cuentan.
Si te resulta difícil encontrar tiempo para el ejercicio, pequeños cambios como caminar mientras hablas por teléfono, usar un escritorio de pie o hacer pausas activas durante el trabajo pueden marcar la diferencia.