• 15 NOV 2024

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Científicos revelan cómo se formará el próximo continente de La Tierra en unos 250 millones de años

Descubre cómo el movimiento de las placas tectónicas podría transformar la Tierra en un futuro lejano, formando un nuevo supercontinente.

La Tierra | Getty Images / DrPixel

El movimiento constante de las placas tectónicas marca el ritmo del planeta, desencadenando la actividad volcánica, liberando terremotos de gran magnitud y afectando los patrones climáticos. En su continuo desplazamiento, las placas llevan consigo a los seis continentes, los cuales, en un futuro lejano, podrían fusionarse en un supercontinente.

Según investigadores de la Universidad de Lisboa, la Tierra experimenta un ciclo de formación de supercontinentes aproximadamente cada 600 millones de años. Así, el supercontinente Pangea surgió hace más de 310 millones de años, los expertos proyectan que todos los continentes volverán a unirse, según lo informó National Geographic.

Este movimiento tectónico, que se mantendrá por siglos, reunirá a las Américas con África en el norte y la Antártida en el sur, mientras que África chocará con Europa y Oriente Medio. Por su parte, Australia se fusionará al este de Asia. Esta estructura geológica creará un mar interior, similar al actual Mediterráneo, y la India, con una forma similar a una bota.

Con el tiempo, el movimiento de las placas tectónicas dará lugar a una nueva cordillera, que superará al Himalaya en altura y se formará en las áreas donde Florida y Georgia colisionarán con Sudáfrica y Namibia. Este imponente relieve podría redefinir el paisaje del futuro supercontinente.

Nuevo continente

Existen varios escenarios posibles para la formación de este nuevo continente, incluyendo proyecciones como “Novopangea”, en la que el océano Atlántico seguiría abierto mientras el Pacífico se cierra. Otro modelo, denominado “Aurica”, agruparía a los continentes alrededor del ecuador.

Una alternativa más es “Amasia”, en la cual todos los continentes se trasladarían hacia el norte, dejando a la Antártida aislada en el sur. Tanto la configuración de Aurica como la de Amasia tendrían profundos efectos en el clima mundial, afectando la flora y fauna terrestre y las condiciones de vida humana.

Con Aurica, se espera que las temperaturas aumenten considerablemente debido a la absorción de la luz solar en las regiones ecuatoriales, empeorada por la ausencia de casquetes polares. Por el contrario, Amasia podría desencadenar una nueva era de hielo, impactando de manera adversa la biodiversidad de los trópicos.

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