Jack Nicholson revela a quién considera como el mejor actor de la historia: “Otros actores no andan discutiendo (...) porque es obvio”

No hay dudas de que Jack Nicholson es uno de los actores más populares y reconocidos en Hollywood, dejando huella en la industria y aclamado por miles de fanáticos en todo el mundo.

El resplandor, Atrapado sin salida, Barrio Chino, Locos de ira, Batman y Cuestión de honor son solo algunos de los títulos más llamativos de su nutrida y destacada carrera.

Claramente, el intérprete de 87 años es una voz más que autorizada para hablar y opinar en torno a todo lo que ocurre dentro de la industria. Así, sus palabras generan ruido y dan mucho de qué hablar.

A pesar de ser una verdadera eminencia en el mundo del séptimo arte, no esconde su admiración a otro reconocido actor, calificándolo como el mejor de todos los tiempos y una fuente de inspiración para él.

Fue hace ya varios años, en 2004, en conversación con la revista Rolling Stone, cuando expresó su admiración por Marlon Brando, hombre detrás de títulos como El Padrino (1972), Superman (1978), Último tango en París (1972).

“Lo digo en serio cuando digo que si no puedes apreciar a Brando, no sabría cómo hablar contigo”, comenzó diciendo, dejando en claro su fascinación por el fallecido actor.

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Ante la interrogante de quién es el mejor actor del mundo, Nicholson fue bastante claro: “Otros actores no andan discutiendo quién es el mejor actor del mundo, porque es obvio: Marlon Brando lo es”.

Bajo su perspectiva, el legado de Marlon es comparable al de un genio artístico de la talla de Pablo Picasso. “No hay nadie antes ni después como Marlon Brando. El don que poseía fue enorme e impecable, como Pablo Picasso”.

“Brando fue un genio que fue el principio y el fin de su propia revolución”, complementó. En este marco, también recordó cómo la película Salvaje (1953) cambió su vida cuando la vio por primera vez: “Realmente sacudió al mundo, y su influencia estará ahí para siempre”.

Hay que recordar que Nicholson y Brando coincidieron en un único proyecto cinematográfico: The Missouri Breaks (1976), de Arthur Penn. El rodaje representó el encuentro de dos generaciones de actores excepcionales y fue, para Nicholson, la culminación de un sueño profesional.

La oportunidad de compartir set con Brando le permitió observar de cerca las técnicas y el magnetismo del actor que había revolucionado la industria décadas atrás.

A pesar de su propio estatus icónico, Jack Nicholson continúa rindiendo homenaje a la influencia de Brando, el actor que, según él, transformó para siempre la manera de entender el arte de la interpretación.

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