Compositores chilenos son aclamados en concierto de la Orquesta USACH
Bajo la dirección de David Del Pino, se presentaron obras de Gabriel Matthey y Tomás Brantmayer, las que fueron cálidamente recibidas por el público que llenó el Aula Magna de la universidad.
Siempre es motivante ver la buena convocatoria de público que está teniendo la Orquesta USACH, un auténtico faro cultural del sector poniente de la capital. Sus atractivas programaciones, sumado al hecho de contar con una de las salas de mejor sonoridad de Santiago influyen en esto.
Su última propuesta estuvo conformada predominantemente por compositores nacionales activos, y constatar una Aula Magna USACH repleta en este contexto, es claro ejemplo de que no se requiere un programa tan tradicional, o netamente “clásico”, para convocar a un público ávido de escuchar a una estupenda agrupación orquestal, como es esta. ¡Y vaya que es un conjunto que ha hecho harto por nuestros creadores!
Bajo el mando de su titular, el maestro David Del Pino Klinge, el concierto se inició con la encantadora ‘Pavana para una Infanta Difunta’ de Maurice Ravel, abordada con tempo ligero, dejando volar el desarrollo melódico, como un manto de ensueño. Una bella introducción, la que inspiró a escuchar instintivamente todo lo que vendría después.
El premiado guitarrista chileno Sebastián Montes, que ha hecho carrera en Alemania, subió a escena para interpretar el ‘Concierto Primero’ del experimentado compositor Gabriel Matthey.
Estrenado hace exactos 20 años en la misma USACH, inicia un ciclo de obras solistas todavía en desarrollo, pero esta obra en particular se ha transformado en una especie de “hit” del compositor, ya que se ha tocado en diversas oportunidades desde su primera audición. Las razones son bien evidentes. Está muy bien construida, y Matthey logra condensar eficientemente sus ideas en las tres sucintas secciones que conforman la pieza, la que aborda como un auténtico diálogo entre el solista y la orquesta. Así, efectos de color en la guitarra son replicados por el resto de los músicos, en un material que se va transfigurando de la mano del ritmo, en un discurso a veces abstracto, y a veces concreto, incluyendo ciertos guiños a la música española.
Vayan elogios a Montes por interpretar la pieza comprometidamente. Solista y compositor fueron calurosamente aplaudidos al final.
El joven compositor chileno Tomás Brantmayer, actualmente profundizando sus estudios en Londres, ha tenido una presencia importante es nuestras salas de concierto, gracias a su música que busca emular sensaciones y muchas veces se asocia a mensajes explícitos sobre sus posiciones personales frente a la sociedad. No estuvo presente, pero mandó un audio para la audiencia refiriéndose a lo que se iba a presentar a continuación.
Fue el estreno absoluto de su obra ‘La Muerte Roja’, denominada por él como una “canción sinfónica”, sobre versos de la artista Javiera Depassier. Participaron el Coro USACH, que prepara Andrés Bahamondes, y la mezzosoprano María José Uribarri, como solista.
Inspirada por el encierro de la pasada pandemia, la música posee un aura sombría, y a veces claustrofóbica, conectado con ese interés del compositor por la música sugerente, y todo en estilo un bien personal. Imagínense tomar el discurso del “minimalismo sacro” de ciertos compositores de Europa oriental, y retorcerlo al extremo por necesidades expresivas.
Uribarri posee uno de los timbres más bellos de su registro en el país, y aquí cantó persuasivamente, con excelente dicción, y equilibrando dramatismo y certera musicalidad. El coro, es una especie de arma secreta que posee la USACH, y por lo mismo su presencia en las temporadas ha sido tan fundamental. Mientras que la obra en su conjunto da nuevas señales de la madurez creativa que ha alcanzado Brantmayer.
Una palabra final para el maestro Del Pino, y su tremenda capacidad para unir todos los puntos, y así lograr un concierto de brillante resultado artístico, lo que fue apreciado por los presentes. Es un director que dirige con el corazón, y un claro sentido de comunicar, y por lo mismo, ha llevado a consolidar la relación entre orquesta y sus audiencias.