¿Por qué se nos pone la piel de gallina y qué significa realmente?

¿Alguna vez has sentido cómo los vellos se erizan cuando escuchas una canción, sientes frío, o experimentas una emoción intensa? Esta reacción, conocida como piloerección, o “piel de gallina”, ocurre en diversas situaciones y tiene un trasfondo interesante.

Este fenómeno, científicamente llamado cutis anserina o horripilación, es un reflejo compartido por varios mamíferos, incluidos los seres humanos. Este nombre se debe a la apariencia de la piel, que recuerda a la de un ganso o una gallina cuando sus plumas se levantan.

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¿Qué provoca esta reacción en nuestro cuerpo?

Según explican los especialistas, esta reacción ocurre porque, al enfrentarse a estímulos intensos, los músculos que rodean los folículos pilosos se contraen de forma automática. Como resultado, los vellos se levantan y aparecen pequeños bultos en la piel, que conocemos como “piel de gallina”.

En los animales, esta reacción tiene un propósito claro. Por ejemplo, en días fríos, algunos animales erizan su pelaje para crear una capa de aire caliente entre el pelo y la piel, lo que ayuda a conservar el calor corporal. Este mecanismo también se activa como defensa ante situaciones de peligro.

En los humanos, sin embargo, la piel de gallina es una respuesta vestigial, lo que significa que proviene de una etapa evolutiva anterior, cuando teníamos más pelo y esta reacción nos ayudaba a retener calor o a defendernos.

Aunque ya no tenemos ese pelaje protector, la reacción aún se activa cuando sentimos frío o emociones intensas, como el miedo o la sorpresa.