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Condenan a influencer portuguesa por maltrato a su hija tras ocupar controvertido “método” para calmar las rabietas de la menor de tres años

La mujer también deberá pagar una indemnización de mil euros a la niña y cumplir con un plan de reinserción social.

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Joana Mascarenhas, una influencer portuguesa de 36 años, fue condenada a dos años y seis meses de prisión por violencia doméstica tras compartir un método controvertido para calmar las rabietas de su hija de tres años.

Según el fallo del Tribunal Penal Local de Lisboa, la mujer también deberá pagar una indemnización de mil euros a la menor y cumplir con un plan de reinserción social, aunque la pena tiene posibilidades de ser suspendida.

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El caso se originó el año pasado cuando Mascarenhas publicó un video en redes sociales donde revelaba su método para tratar las rabietas de su hija. “Es la forma más eficaz de calmarla”, afirmó, explicando que, en una ocasión, sumergió a la niña en agua fría hasta el cuello tras una crisis de llanto. “Pensé que tenía dos opciones: dejarla que se hartase o meterla en la piscina”, relató. El registro generó una ola de críticas y denuncias por maltrato, lo que llevó a la Fiscalía a abrir una investigación.

“Humillante” e “indigno”

Durante el juicio, la influencer defendió su comportamiento, argumentando que solo intentaba calmar a la niña y que desde entonces había cambiado su enfoque. Sin embargo, el Ministerio Público portugués consideró el método utilizado “humillante” e “indigno”, señalando que, aunque se trató de un “acto aislado”, es una situación “intolerable” para una niña de esa edad.

La jueza responsable del caso destacó que, si bien la menor no presenta actualmente un “miedo o recelo al agua”, esto no garantiza que el comportamiento de su madre no pueda impactar su desarrollo emocional en el futuro. “La acusada sabía que estaba sometiendo a su hija a un trato indigno, susceptible de atemorizarla”, indicó el tribunal.

La defensa de Mascarenhas reconoció que su decisión fue “desafortunada”, pero argumentó que la niña no sufrió daños físicos ni psicológicos, lo que no fue suficiente para cambiar el veredicto. “No creo que se deba considerar un delito”, sostuvo la abogada, quien anunció que planean apelar la condena.

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