Esta es la técnica de concentración que te permitirá dejar de procrastinar y aumentar tu productividad (e incluso reduce el estrés)

Si estás buscando ser más productivo o derechamente optimizar tu tiempo de mejor manera, una de las tácticas que podrías comenzar a implementar es la técnica Pomodoro.

En origen, se trata de una idea creada por el ingeniero informático Francesco Cirillo en los años 80 y que en su web oficial se define como “un valioso aliado para realizar tareas y llevar un registro de tu progreso”.

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De hecho, una de las grandes ventajas de empezar a emplearla sería el alcanzar objetivos con menos esfuerzo, ver reducida la ansiedad e incluso dejar de lado la procrastinación, entendida como aquella tendencia de dejar todo para otro momento.

Así la técnica no sería mala idea para aquellos que se siente abrumados por el trabajo, les cuesta concentrarse por largos periodos o tienen problemas para cumplir plazos exigentes en escenarios como los estudios.

¿Cómo funciona la Técnica Pomodo?

En simple, el paso a paso funciona de la siguiente manera:

1. Elige una tarea: Decide en qué actividad vas a trabajar.
2. Configura un temporizador a 25 minutos: Dedica ese tiempo exclusivamente a la tarea sin distracciones.
3. Trabaja hasta que suene el temporizador: Mantén el foco durante todo el intervalo de 25 minutos.
4. Toma un descanso corto: Descansa 5 minutos cuando termine la sesión.
5. Repite el ciclo cuatro veces: Después de cuatro Pomodoros, toma un descanso más largo de 15 a 30 minutos.

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¿Cuáles son las ventajas de usar la Técnica Pomodoro?

En la plataforma menciona al principio de la nota, mencionan que parte de las ventajas de usarla incluyen:

• Mayor enfoque y concentración.
• Gestión del tiempo mejorada.
• Reducción del estrés laboral.
• Mayor comunicación y flexibilidad en un equipo.
• Mayor adaptabilidad a requisitos en tareas variadas.

¿Y cuál es la historia de origen? En el año 1987, Cirillo, quién tenía dificultades para concentrarse, decidió cronometrar dos minutos de trabajo usando un temporizador en forma de tomate. Al ver que funcionaba, experimentó con diferentes intervalos hasta que descubrió que 25 minutos de trabajo seguidos de un breve descanso era lo más efectivo.

“Por primera vez utilicé el tiempo en lugar de huir del Tiempo”, fue la explicación que dio el gestor.