La Corte Suprema de Chile resolvió la remoción de la ministra Ángela Vivanco por “notable abandono de deberes”, una decisión unánime que se sustenta en una serie de irregularidades en su conducta como integrante de la Tercera Sala. Los ministros de la Suprema detallaron que Vivanco mantuvo conversaciones inapropiadas con el abogado Luis Hermosilla, actualmente en prisión preventiva por el caso Audio, donde se evidenció un intercambio de favores y presiones sobre el Poder Judicial.

Uno de los principales argumentos que sustentan la destitución de Vivanco es su intento por acelerar la emisión de fallos a través de presiones ejercidas sobre relatores de la Corte. El presidente del máximo tribunal, Ricardo Blanco, subrayó que estas acciones demostraban un proceder incompatible con el cargo, comprometiendo gravemente los principios de transparencia y probidad que deben regir en la judicatura.

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La investigación reveló que los mensajes intercambiados entre Vivanco y Hermosilla comprometieron la integridad del proceso judicial. Según Blanco, dichos chats, publicados por un medio de comunicación el pasado 7 de septiembre, surgieron de la entrega voluntaria de Hermosilla en el marco de una investigación penal, desestimando así cualquier cuestionamiento sobre la legalidad de las pruebas.

Blanco argumentó que Vivanco actuó de manera irregular en múltiples ocasiones, lo que representó un atentado contra los cimientos del Estado de Derecho. Además, añadió que el comportamiento de la ministra reflejó un profundo quiebre en los principios de imparcialidad y ética necesarios en el desempeño de sus funciones.

Otro aspecto clave en la decisión fue la evidencia de que Vivanco utilizó su posición para generar influencias que alteraron el normal funcionamiento de la justicia. Estas acciones fueron catalogadas como “una traición a la confianza pública” y a la responsabilidad que conlleva el ejercicio de un cargo de alto rango en la Corte Suprema.

“Debilitando la credibilidad del sistema judicial”

La ministra también fue señalada por comprometer gravemente su derecho a la inamovilidad, al haber afectado con su conducta los principios fundamentales de un juez supremo. Según el tribunal, las acciones de Vivanco trascendieron las expectativas éticas del cargo, debilitando la credibilidad del sistema judicial.

La destitución de Vivanco es la primera que ocurre en la Corte Suprema desde 2001, cuando el juez Luis Correa Bulo fue removido por tráfico de influencias. Este caso marca un precedente en el control y la vigilancia de las conductas inapropiadas dentro del máximo órgano judicial del país.

Con esta decisión, se cierra un capítulo marcado por irregularidades y filtraciones que afectaron la confianza pública en la Corte Suprema, reforzando la importancia de la transparencia y la ética en la justicia chilena.