Pink Floyd vende su catálogo a Sony por 400 millones de dólares tras décadas de disputas internas
Sony Music ha invertido en los últimos años grandes sumas en otros catálogos de renombre, como los de Bruce Springsteen, Bob Dylan y Queen, consolidando su posición en la industria.
Pink Floyd vende su catálogo a Sony por 400 millones de dólares tras décadas de disputas internas / Jon Furniss
Después de años de desacuerdos y falsas negociaciones, la banda británica Pink Floyd ha llegado a un acuerdo para vender los derechos de su música grabada, así como su nombre e imagen, a Sony Music por un valor cercano a los 400 millones de dólares. La transacción, confirmada por Variety, incluye los derechos de merchandising y teatrales, aunque no abarca los derechos de composición, que siguen perteneciendo a los escritores individuales de la banda.
Este acuerdo pone fin a décadas de luchas internas, especialmente entre los compositores principales Roger Waters y David Gilmour, así como el baterista Nick Mason y los herederos del tecladista Richard Wright y el fundador de la banda, Syd Barrett. Las tensiones dentro del grupo, principalmente en torno a las controvertidas declaraciones políticas de Waters, complicaron en su momento la venta de su catálogo musical.
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Un catálogo de incalculable valor
El catálogo de Pink Floyd es considerado uno de los más valiosos en la historia de la música contemporánea. Incluye álbumes icónicos como The Dark Side of the Moon, The Wall, Wish You Were Here y Animals, que han dejado una huella indeleble en la cultura popular. Sony Music ha invertido en los últimos años grandes sumas en otros catálogos de renombre, como los de Bruce Springsteen, Bob Dylan y Queen, consolidando su posición en la industria.
El proceso de venta de los derechos de Pink Floyd ha estado en marcha durante varios años, con un precio estimado inicialmente en 500 millones de dólares. Sin embargo, las disputas internas del grupo y las declaraciones polémicas de Waters sobre Israel, Ucrania y su apoyo a Rusia retrasaron la transacción, disuadiendo a varios interesados.
Controversias que marcaron el acuerdo
Roger Waters ha sido objeto de duras críticas por sus declaraciones sobre la situación en Medio Oriente y su postura ante la invasión rusa de Ucrania. Estas opiniones lo han convertido en una figura polémica, con consecuencias como la cancelación de conciertos en Polonia en 2022 y la ruptura de su contrato discográfico en solitario con BMG. Aunque Waters ha negado las acusaciones de antisemitismo, sus declaraciones han generado divisiones incluso dentro de la banda.
En una clara muestra de las tensiones entre los miembros de Pink Floyd, Polly Samson, esposa de Gilmour, acusó a Waters de ser “antisemita hasta la médula”, comentario que Gilmour respaldó. Waters, por su parte, calificó estas afirmaciones como “tremendamente inexactas”. A pesar de la gravedad de la controversia, Gilmour declaró que su interés en la venta no era tanto financiero, sino para dejar atrás las disputas que implicaba mantener el legado de la banda.
Un acuerdo con implicaciones para el futuro
Con la confirmación del acuerdo, Sony Music se convierte en el nuevo propietario de los derechos de la música grabada de Pink Floyd, aunque la sombra de las declaraciones políticas de Waters sigue presente. La transacción se cierra en un contexto de renovada tensión en Medio Oriente y con el conflicto entre Rusia y Ucrania todavía en curso, lo que ha suscitado críticas por la decisión de pagar una cifra tan elevada a una figura tan controvertida.
Nick Mason, quien ha tratado de mantenerse al margen de las disputas, expresó en 2018 su frustración ante la persistente rivalidad entre los miembros de la banda. Sin embargo, el acuerdo con Sony parece marcar el cierre de una etapa compleja en la historia de Pink Floyd, que ha sido definida tanto por su música como por las tensiones internas entre sus miembros.
