Recordar que Vivanco enfrenta una acusación constitucional en la Cámara de Diputados, así como un proceso penal que lleva a cabo el Ministerio Público. Estos procesos son distintos y tienen naturalezas diferentes: político, administrativo, judicial e institucional en la Corte Suprema, además del penal.
En concreto, la Corte Suprema investiga a Vivanco por presuntas irregularidades en el ejercicio de sus funciones, ahora sumando siete cargos debido a nuevas situaciones que se consideran fuera de norma. En ese contexto, el defensor señaló que existe una presión social para que la magistrada dimita.
“No creo que se haya producido un consenso social sobre que ella deba irse. Sin embargo, los jueces de la Corte Suprema están actuando presionados por la opinión pública. Hay quienes desean que la Corte actúe bajo presiones sin respetar los tiempos adecuados”, comentó Manríquez.
En respuesta a esta situación, afirmó que su equipo ha acudido al Tribunal Constitucional para evaluar la razonabilidad de la acusación constitucional y su posible impacto en los derechos fundamentales de su defendida.
“Se podrá ver efectivamente de qué nos hacemos cargo”
“De lo que se habla es de procedimientos irregulares, de filtrar declaraciones, y eso es muy relevante”, expresó. En este contexto, subrayó que muchos de los prejuicios en torno al caso necesitan ser revisados. “Primero hay que esperar nuestra defensa. Allí se podrá ver efectivamente de qué nos hacemos cargo y cuáles son los hechos no controvertidos”, añadió.
En esa línea, Manríquez planteó interrogantes sobre su trayectoria en el ámbito judicial: “¿Cómo negar que la señora era ministra de la Corte? ¿Cómo negar que fue funcionaria del Senado? ¿Cómo negar que participó en esas causas junto con otros 17 ministros, 4 relatores, 5 en esas causas?”, afirmando que cada uno de estos aspectos necesita ser explicado detalladamente.
Finalmente, enfatizó en la presión social que enfrenta la ministra: “Todo el mundo le pide que renuncie, lo que evidentemente en un Estado democrático no es el estándar que uno esperaría. Si esto ocurre con personas que están en el centro de la justicia, se podría cuestionar qué sucede con los demás”.
“Las decisiones se van ajustando día a día, según la realidad que uno va encontrando en esos procesos. Pero, aunque eventualmente la Corte no tenga mérito para destituirla, ya se han producido daños irreparables, independientemente de la verdad detrás de las acusaciones”.
Suscríbete
SuscríbeteSANTIAGO FORD
SuscríbeteNombramientos "a la chilena"