La Sublevación de la Escuadra de Chile: el día en que la Fuerza Aérea bombardeó a la Armada en Coquimbo
El 6 de septiembre de 1931, hace 93 años, en un contexto de profunda crisis económica y social, dos ramas de las Fuerzas Amadas chilenas se enfrentaban en combate.
El 6 de septiembre de 1931 marcó un hito en la historia de Chile con la llamada Sublevación de la Escuadra, un evento que enfrentó a la Armada y la Fuerza Aérea en la bahía de Coquimbo. Hoy se cumplen 93 años desde que este conflicto militar alteró el orden institucional del país en medio de una profunda crisis económica y social. Este episodio es recordado por ser la primera actuación oficial de la Fuerza Aérea Nacional.
La crisis económica mundial de la Gran Depresión golpeó severamente a Chile, con consecuencias devastadoras en todos los sectores. En este contexto, el gobierno de Juan Esteban Montero implementó medidas de austeridad que incluyeron recortes salariales para los empleados públicos y las Fuerzas Armadas, generando un creciente malestar. La tensión llegó a su punto máximo el 1 de septiembre de 1931, cuando la Escuadra de la Armada, que se encontraba en Coquimbo, decidió rebelarse.
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Los sublevados, integrados por gran parte de la oficialidad y la tripulación de los principales buques de guerra, exigían la anulación de los recortes salariales y la destitución del gobierno. La respuesta del Ejecutivo fue inmediata, y el conflicto escaló cuando la Fuerza Aérea fue enviada a bombardear a los buques sublevados para disuadirlos. Esta fue una de las primeras veces en la historia mundial que la aviación militar fue utilizada contra una flota naval.
El enfrentamiento en la bahía de Coquimbo fue breve pero intenso. Los aviones lanzaron ataques sobre los principales buques, incluyendo el acorazado “Almirante Latorre”, causando daños significativos en algunas naves. Aunque los sublevados contaban con artillería pesada, su capacidad de defensa contra los ataques aéreos era limitada, lo que inclinó la balanza a favor de las fuerzas leales al gobierno.
Tras varios días de tensión, los sublevados finalmente depusieron sus armas y se rindieron el 7 de septiembre. El gobierno, aunque victorioso, enfrentó las secuelas de un ejército dividido y un país aún inmerso en la crisis económica. La Sublevación de la Escuadra dejó profundas cicatrices en las relaciones dentro de las Fuerzas Armadas chilenas.
Caída del gobierno de Montero
Este conflicto también tuvo un fuerte impacto político, ya que debilitó aún más al gobierno de Juan Esteban Montero, quien sería derrocado unos meses después, en noviembre de 1931, por un golpe militar que dio inicio a un breve periodo de gobiernos de facto en Chile.
A 83 años de este enfrentamiento, la Sublevación de la Escuadra sigue siendo un recordatorio de la fragilidad institucional que puede surgir en momentos de crisis y de cómo las divisiones internas pueden poner en jaque la estabilidad de una nación.
