Fenómeno de la niña en Chile 2024: nuevo pronóstico indica cuál será la intensidad de sus efectos

Con el mes de agosto en plena vigencia, un fenómeno que cada vez está más cerca de asentarse en nuestro país es la Niña 2024.

De acuerdo al último reporte de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés) la llegada del fenómeno se produciría entre septiembre y octubre de este año con un 66% de probabilidad.

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En esa línea es que, por el momento, aún no se han cumplido con las condiciones necesarias para que se establezca la llegada de la Niña al territorio.

No obstante, un nuevo pronóstico ya dio a conocer cuál sería la intensidad con las que irrumpiría el fenómeno y los efectos que provocaría.

La Niña 2024 en Chile: ¿Con qué intensidad se establecerá el fenómeno?

De acuerdo al pronóstico realizado por la plataforma especializada Severe Weather Europe, los reportes más recientes indican que hay “claros indicios de la aparición de un fenómeno de La Niña débil”.

Así, los principales efectos que ocasiona el patrón climático no sería tan intenso como ha sucedido en años anteriores.

En esa línea, aseguraron que “no es tan fuerte como algunas Niñas de años anteriores, pero es lo suficientemente fuerte como para afectar tanto al océano como a la atmósfera”.

Dicho pronóstico coincide con otro realizado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) de Colombia, el cual detalla que “sus efectos serían mínimos en comparación a otras temporadas e iniciaría el próximo mes, para extenderse por el último trimestre del año”.

¿Cuáles son los efectos del fenómeno de la Niña en Chile?

La Niña es un fenómeno oceánico que tiene por característica enfriar las aguas superficiales en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de provocar cambios en la circulación atmosférica tropical.

En el caso de nuestro país, la Niña está asociado a una menor cantidad de lluvias, temperaturas más bajas en invierno y veranos más calurosos. Sumado a ello, el patrón climático está asociado directamente con la sequía en las zonas áridas y semiáridas de Chile.