Salud mental en Ciudadano ADN: ¿Por qué con los años nos vamos quedando con menos amigos?
Los lunes en el Ciudadano ADN son dedicados a la salud mental. En esa línea, la psicóloga comunitaria y profesora asociada de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile, Gloria Mora, abordó el fenómeno del declive en la cantidad de amistades que experimentamos a medida que envejecemos.
¿Por qué con los años nos vamos quedando con menos amigos?
Los lunes en el Ciudadano ADN son dedicados a la salud mental. En esa línea, la psicóloga comunitaria y profesora asociada de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago de Chile, Gloria Mora, abordó el fenómeno del declive en la cantidad de amistades que experimentamos a medida que envejecemos. Según la experta, este es un fenómeno multifacético influenciado por varios factores sociales y personales.
La trabajadora de la salud mental explicó que la vida moderna, caracterizada por un enfoque en el consumo y la flexibilidad, ha llevado a una disminución en el compromiso con las relaciones interpersonales. “Vivimos en una sociedad orientada en gran parte por políticas de consumo, lo que hace que nuestras relaciones sean más flexibles y fácilmente rompibles, con menos compromiso,” señaló.
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Este cambio macro social impacta directamente en cómo manejamos nuestras relaciones personales, con un aumento en la desconfianza social. “En Chile, por ejemplo, solo el 20% de las personas encuestadas confía en la mayoría de la gente, un dato muy bajo comparado con otros países como Estados Unidos,” añadió.
Además de estos factores sociales, Mora destacó cómo nuestros hábitos personales y decisiones influyen en la cantidad y calidad de nuestras amistades. “A medida que envejecemos, nuestras prioridades cambian. La necesidad de pasar tiempo de calidad con familiares y en actividades personales puede reducir nuestro tiempo disponible para cultivar amistades,” explicó.
Este cambio también se refleja en cómo distribuimos nuestro tiempo entre el trabajo remunerado y no remunerado, afectando nuestra capacidad de mantener relaciones fuera del entorno familiar.
Un aspecto importante que la psicóloga abordó fue el impacto del trabajo doméstico no remunerado, especialmente en mujeres, quienes duplican su tiempo dedicado a estas tareas al llegar a la adultez. “El tiempo que dedicamos al trabajo doméstico reduce nuestro tiempo disponible para la socialización. Esto afecta nuestra capacidad para mantener relaciones significativas,” detalló la especialista.
Las redes sociales
En cuanto al papel de las redes sociales, Mora considera que, aunque estas plataformas permiten una comunicación instantánea, no siempre facilitan relaciones de cuidado genuino. “Las redes sociales permiten mantener contacto con personas a distancia, pero no siempre promueven relaciones de cuidado mutuo que se encuentran en amistades más profundas y significativas,” explicó.
Finalmente, la psicóloga destacó la importancia de fortalecer los lazos de amistad y de encontrar formas de reestructurar nuestros proyectos de vida a medida que envejecemos. “Es crucial invertir en nuestras relaciones de amistad y encontrar nuevas formas de conexión a medida que enfrentamos la adultez mayor. Esto puede incluir la participación en actividades sociales o deportivas que nos permitan mantenernos conectados,” concluyó Mora.